Bueno, este texto parece negativo. Pero no, la que es negativa es la realidad. ¡Qué se va a ser! Uno no se explica claramente cómo es que los seres humanos manejan la política, sin el cuidado y el objetivo que tiene su manejo, que exige antes que nada que este sea honesto. Vivimos en medio de demostraciones de buena fe externa, pero con muchas dudas de que sea interna. En Occidente tenemos la desgracia que no tienen los Orientales: llegar al interior, más allá de la mente, más allá, claro, de lo material, y de la vanidad del ego, para ver el compromiso que significa dirigir a un pueblo, la responsabilidad de hacerlo crecer, y llevarlo a una existencia digna, como se merece, sin violencia.
La política, del griego πολιτικος (pronunciación figurada: politikós, «ciudadano», «civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad»), es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Esta verdad, se tuerce y se cambia por volver la política en beneficio de una persona o personas. Generalmente, el equipo que rodea al político, con el que trabaja, mira la política como un negocio. Y sólo se mira la plata, y no la gente.
En Colombia, por ejemplo, uno ve el congreso de la república, como un CENTRO COMERCIAL, AL QUE SE LLEGA CON PLATICA, NO PORQUE UNO SEA POLITÓLOGO. Se supone que el congreso se hizo para LEGISLAR solamente. Pero aquí en Colombia se hacen cosas inverosímiles. Más adelante contaré una.
LEGISLAR, (lo copio de Wikipedia), es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un país. La ciencia política es una ciencia social que estudia dicha conducta de una forma académica utilizando técnicas de análisis político; los profesionales en esta ciencia adquieren el título de politólogos, mientras quienes desempeñan actividades profesionales a cargo del Estado o se presentan a elecciones se denominan políticos. El término fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles titulada, precisamente, Política. El mismo Aristóteles definía al ser humano como un animal político. También se define como política a la comunicación dotada de un poder y de una relación de fuerzas.
En Colombia esta relación de fuerzas generalmente es monetaria, o por intereses materiales que nada tienen que ver con los intereses públicos. Por ejemplo, el artículo 16 de la CN del 91, llevó a hacer la famosa dosis mínima legal, (sobre todo para los chinos de los colegios, donde es libre el desarrollo de la personalidad), que afortunadamente actualmente fue penalizada. Es decir, se percataron que el congreso la embarró, porque seguramente estaban haciendo lobby los narcos. Lo honorables congresistas no sabían que el libre desarrollo de la personalidad, (como lo dice la norma del artículo 16), no puede ser libre, sino fundado en valores. Ya que la naturaleza humana no es divina. Tiene muchos defectos. No es sino leer la historia mundial, para conocer al hombre. Tomemos por ejemplo 50 años de violencia en Colombia…. Pensemos que hay gente que secuestra, para quienes la vida humana no es sagrada, sino un botín de plata, o un hecho para promover una ideología violenta. Y claro, eso está EN EL LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. En fin… lo ejemplos sobran.
¿Será que al congreso han llegado levantadoras de pesas y de pesos, presentadores de TV, locutores deportivos que cuando aprueban una ley gritan: goooool, etc. ¿Será que saben lo que es una norma? Se legisla con normas, claro está. La ley es una relación de normas. Y una norma es un supuesto de hecho, con un deber ser y una consecuencia. Bueno, el punto es que no han llegado allí en su totalidad los politólogos de verdad… Entiendo que la política es toda una ciencia, de la que depende un Estado… ¿Será que al inscribirse para congresistas, se debe presentar un examen? En conciencia debería ser así… pues la responsabilidad es inmensa… Pero no, las sesiones son una muestra de la irresponsabilidad, son el espejo donde se mira el diablo, y donde también se muere de la risa la guerrilla. Ellos no creen ni en el rejo de las campanas, ni en las campanillas del presidente del congreso. Algo tiene que hacerse al respecto… Que los congresistas asistan armados con un fusil AK47, para invitar a Alfonso Cano y sus compinches, y los que quieran con vasos de agua, como lo haría el doctor Mockus. ¡Sería tal la incongruencia que el congreso terminaría hecho naco! Pero la república quedaría en ciernes de hacer las cosas como toca, es decir legislar sometidos a un deber ser y una consecuencia; La libertad, donde todos tenemos las mismas oportunidades, y la democracia para expresar la verdadera voluntad popular.
Bastante cierto, artículo que nos deja inquietudes extremas podrá llegar a los que deberían leerlo?
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