miércoles, 28 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 40

Parece curioso que la gente ignore por qué diablos aparece la violencia en los medios masivos de una manera solapada, y en la mayoría de los casos porque el comunicador piensa más en el rating que en impedir la violencia, o bien, la información maligna que conduce en el tiempo a la guerra. Porque estas noticias van acumulando odio o rabia… como lo explicamos más abajo con el martillazo.
Y la explicación es muy sencilla: si yo le doy un martillazo en la cabeza a alguien, eso duele… y ese alguien reproduce la violencia con un martillazo más fuerte y así. Por eso apenas parece lógico, que los periódicos que recogen esas noticias, son los responsables directos de la violencia y obvio, de la guerra.
Le da pábulo a lo violento buscando sintonía y audiencia. Y si fuéramos a ver, lo que le serviría al país, es que el comunicador sea responsable. En cuyo caso, encontraríamos un rechazo a manejar las noticias que provienen de personajes sin sentimientos, que sólo buscan un resultado público y político de mala ley. Es lo que deben pensar los dictadores, cuando todos los periódicos publican sus estupideces, como lo máximo.
El dictador es un cabro no domesticado, es decir, todo un cabrón, como se les llama popularmente, cuando no están domesticados. Y como no están domesticados, se meten donde les da la gana y opinan, como si tuvieran autoridad, porque el cabrón, bueno es decirlo, se cree el divino putas. Y eso le fascina a los medios masivos. El jefe de redacción sufre un colapso admirativo, cuando alguno de sus periodistas, le trae los cuentos del divino putas.
¿Qué tal que no volvieran a publicar nada sobre el personaje?; simplemente pensando en que las noticias, no sólo tienen que ser en lo posible positivas, sino noticias que construyen el ambiente en que vivimos, de paz y respeto por el otro,… es decir, lejos de los martillazos.
Valdría la pena pensar que el congreso legisle al respecto. Si aparece una noticia proveniente de un cabrón, o de un divino putas, que viole la soberanía del pueblo, podrá recibir un castigo, un cierre del periódico o bien una multa cuantiosa, a ver si así, entran en razón y dejan la estupidez de buscar rating con noticias de cabrones y divinos putas.

domingo, 25 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 39

Bueno, este texto parece negativo. Pero no, la que es negativa es la realidad. ¡Qué se va a ser! Uno no se explica claramente cómo es que los seres humanos manejan la política, sin el cuidado y el objetivo que tiene su manejo, que exige antes que nada que este sea honesto. Vivimos en medio de demostraciones de buena fe externa, pero con muchas dudas de que sea interna. En Occidente tenemos la desgracia que no tienen los Orientales: llegar al interior, más allá de la mente, más allá, claro, de lo material, y de la vanidad del ego, para ver el compromiso que significa dirigir a un pueblo, la responsabilidad de hacerlo crecer, y llevarlo a una existencia digna, como se merece, sin violencia.
La política, del griego πολιτικος (pronunciación figurada: politikós, «ciudadano», «civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad»), es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Esta verdad, se tuerce y se cambia por volver la política en beneficio de una persona o personas. Generalmente, el equipo que rodea al político, con el que trabaja, mira la política como un negocio. Y sólo se mira la plata, y no la gente.
En Colombia, por ejemplo, uno ve el congreso de la república, como un CENTRO COMERCIAL, AL QUE SE LLEGA CON PLATICA, NO PORQUE UNO SEA POLITÓLOGO. Se supone que el congreso se hizo para LEGISLAR solamente. Pero aquí en Colombia se hacen cosas inverosímiles. Más adelante contaré una.
LEGISLAR, (lo copio de Wikipedia), es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un país. La ciencia política es una ciencia social que estudia dicha conducta de una forma académica utilizando técnicas de análisis político; los profesionales en esta ciencia adquieren el título de politólogos, mientras quienes desempeñan actividades profesionales a cargo del Estado o se presentan a elecciones se denominan políticos. El término fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles titulada, precisamente, Política. El mismo Aristóteles definía al ser humano como un animal político. También se define como política a la comunicación dotada de un poder y de una relación de fuerzas.
En Colombia esta relación de fuerzas generalmente es monetaria, o por intereses materiales que nada tienen que ver con los intereses públicos. Por ejemplo, el artículo 16 de la CN del 91, llevó a hacer la famosa dosis mínima legal, (sobre todo para los chinos de los colegios, donde es libre el desarrollo de la personalidad), que afortunadamente actualmente fue penalizada. Es decir, se percataron que el congreso la embarró, porque seguramente estaban haciendo lobby los narcos. Lo honorables congresistas no sabían que el libre desarrollo de la personalidad, (como lo dice la norma del artículo 16), no puede ser libre, sino fundado en valores. Ya que la naturaleza humana no es divina. Tiene muchos defectos. No es sino leer la historia mundial, para conocer al hombre. Tomemos por ejemplo 50 años de violencia en Colombia…. Pensemos que hay gente que secuestra, para quienes la vida humana no es sagrada, sino un botín de plata, o un hecho para promover una ideología violenta. Y claro, eso está EN EL LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. En fin… lo ejemplos sobran.
¿Será que al congreso han llegado levantadoras de pesas y de pesos, presentadores de TV, locutores deportivos que cuando aprueban una ley gritan: goooool, etc. ¿Será que saben lo que es una norma? Se legisla con normas, claro está. La ley es una relación de normas. Y una norma es un supuesto de hecho, con un deber ser y una consecuencia. Bueno, el punto es que no han llegado allí en su totalidad los politólogos de verdad… Entiendo que la política es toda una ciencia, de la que depende un Estado… ¿Será que al inscribirse para congresistas, se debe presentar un examen? En conciencia debería ser así… pues la responsabilidad es inmensa… Pero no, las sesiones son una muestra de la irresponsabilidad, son el espejo donde se mira el diablo, y donde también se muere de la risa la guerrilla. Ellos no creen ni en el rejo de las campanas, ni en las campanillas del presidente del congreso. Algo tiene que hacerse al respecto… Que los congresistas asistan armados con un fusil AK47, para invitar a Alfonso Cano y sus compinches, y los que quieran con vasos de agua, como lo haría el doctor Mockus. ¡Sería tal la incongruencia que el congreso terminaría hecho naco! Pero la república quedaría en ciernes de hacer las cosas como toca, es decir legislar sometidos a un deber ser y una consecuencia; La libertad, donde todos tenemos las mismas oportunidades, y la democracia para expresar la verdadera voluntad popular.

jueves, 22 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 38

Si vamos a hablar de violencia, tenemos que estar lejos de ciertos vicios como la xenofobia, el odio, la agresividad, la falta de respeto por el otro, en fin. Lo digo porque para un colombiano es difícil entender al presidente del Ecuador, cuando se rasga las vestiduras y exclama que se ha violado la soberanía ecuatoriana. No analiza los hechos que conmueven a su vecino y hermano, con problemas como el narcotráfico, el paramilitarismo y el terrorismo guerrillero. Todo el mundo sabía que la acción armada no era para violar la soberanía ecuatoriana, menos el señor Correa. Tampoco el presidente ecuatoriano entiende por qué un Estado debe ejercer una acción armada de legítima defensa, contra una organización terrorista que tiene un expediente de 50 años delinquiendo. En esto, el Estado colombiano falló, por no haberle mandado al ecuatoriano el expediente de los delitos durante ese largo tiempo, con copia para el benemérito juez de Sucumbíos. Sería muy interesante que el presidente ecuatoriano, que representa el poder ejecutivo, de una de las tres ramas en su país democrático, tome conciencia de los problemas que vive su vecino y el mundo, porque los puede heredar, y de hecho ya los ha heredado con la presencia de la guerrilla criminal y terrorista en su territorio, pues permitió la existencia del grupo, y produjo la intervención colombiana. Lo normal, no cabe duda, hubiera sido aceptar que el hecho se produjo por la ausencia del Estado ecuatoriano en la frontera. Una voz de agradecimiento por el hecho, hubiera sido lo inteligente, si se reflexiona sobre el contexto mundial del narcotráfico, ya presente en el Ecuador, sabiendo que depende del consumo mundial, fuente de recursos que mantiene el terrorismo, origina la corrupción administrativa, y lleva a los países subdesarrollado, a invertir en la lucha contra la droga, sabiendo que son los adictos los responsables directos, la mayoría de los cuales están en los países desarrollados, y la omisión de esos países consumidores, que son los responsables de no actuar frente a un problema que no lo pueden manejar los países productores.
El señor presidente del Ecuador, aparece entonces como un ser humano que adolece de un conocimiento del contexto mundial en que se mueve el terrorismo y el narcotráfico, desconoce sus orígenes, y le da la espalda a la posibilidad de que su país ingrese a tener guerrilla, paramilitares y narcos. Y se une con Venezuela a la cubanización de América Latina, que restringe la libertad y donde la vida no es sagrada, sino que está a merced del viejo y caduco Fidel.
Estas afirmaciones no están dichas con odio. Sólo es una reflexión, que se hace cuando las personas no piensan con la cabeza, sino con los pies de Chávez.

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 37

Como hemos venido desarrollando el tema del candidato Antanas Mockus, copio textualmente lo que dice Lina Maria Morales Villalobos, para que ustedes se informen de estos planteamientos. Dice ella:

Cada vez que un uribista me trata de explicar por qué en un país como Colombia no se puede elegir a un presidente como Antanas Mockus, mi admiración por la ola verde aumenta de manera considerable: "Antanas Mockus no me gusta porque es un idealista", me dijo el otro día un agradecido empresario uribista para quien la política eficaz es la pragmática, aquella que da resultados sin importar los métodos que se utilicen. "A mí no me gusta Antanas porque no es un tipo confiable", me confesó hace poco un senador de la coalición uribista, campeón como muchos de sus copartidarios en el arte del voltearepismo, en la compra de votos y en formalizar relaciones non sanctas con la mafia paramilitar. Plumas uribistas tan veteranas y contundentes como la de Plinio Mendoza consideran que Mockus no puede llegar a ser presidente porque es un loquito que pone todos sus huevos en el campo de la educación, de la cultura ciudadana y en el del cumplimiento de la ley -¡háganme el favor, semejante atrevimiento!-, en lugar de ponerlos en la cesta de la guerra contra el terrorismo de las Farc que es lo que toca.
Solo falta que Juan Manuel Santos salga a decir que Mockus es un imbécil porque este no encaja en su definición de lo que debe ser un político en Colombia -"es de imbéciles no cambiar cuando las circunstancias, cambian" fue la frase que sacó del birrete para justificar su laxitud en materia de convicciones políticas-, y lo acuse de ser un coherente irredento o de ser demasiado honesto consigo mismo para cerrar la cuadratura del círculo y convertir la ola verde en todo un tsunami político que podría arrasar con todo el uribismo. Pero no solo el fenómeno Mockus se le ha vuelto inmanejable a la coalición uribista. Tiene a los encuestadores locos al punto de que una firma mandó a repetir la encuesta al ver que Mockus salía punteando y al Polo sudando peto. El otro día oí decir a la vicepresidenta de ese partido, la doctora Clara López Obregón, miembro de una de las familias más representativas del establecimiento político bogotano, que Antanas Mockus pertenecía a las élites y que no tenía ninguna base popular. Evidentemente Mockus no es un fenómeno en los estratos 1 y 2, pero me atrevería a decir que en esas esferas la doctora López Obregón es aún más desconocida que Antanas.

¿Qué es lo que en realidad encarna Mockus que tiene a todos los políticos de derecha y de izquierda de este país pariendo borugos? Yo he terminado por creer que Mockus encarna unos valores éticos y democráticos que se han ido desarticulando en nuestra sociedad, en medio de tanta violencia y de tanto desajuste social. De repente valores como la honestidad, la transparencia, la lealtad, el apego a la legalidad, se convierten en temas de campaña y vuelven a tener un significado importante en la agenda pública del país. Mockus, con su autoridad moral, consigue desplazar por primera vez en ocho años la diatriba uribista tan corta en imaginación como en vocablos. Por momentos uno podría pensar que el país está volviendo a sus cabales y que, a pesar de tantas cosas que le han ocurrido, no ha perdido la cordura, ni la fuerza, ni la esperanza.

Mockus, con su mensaje simple y concreto, no solo encarna un decálogo de virtudes éticas que son una rareza en estos tiempos. También encarna a una sociedad hastiada de muchas cosas: de las Farc y de su desdén por la vida humana, pero también de los insaciables políticos corruptos, sean de izquierda, de centro o de derecha; de las alianzas que la clase política ha ido fraguando con la mafia paramilitar concebidas en mala hora con el propósito de capturar los dineros del erario en sus regiones, y de los excesos cometidos en estos ocho años de gobierno de Uribe en nombre de la seguridad democrática, de las equivocaciones del Polo y del desgaste del Partido Liberal.

El ascenso de Mockus en las encuestas, así no lo crean los uribistas, demuestra que esta sociedad repudia hasta los tuétanos los 'falsos positivos', que no se olvida de la Yidispolítica, y que repudia la forma como el gobierno Uribe utilizó el DAS para perseguir y amenazar a los opositores, a los periodistas críticos y a los magistrados de la Corte que investigan la parapolítica. Con Mockus arriba en las encuestas, se le está diciendo a la clase política que se aferra siempre al poder, que para ser político en Colombia no solo se necesita ser un avión, sino ser decente, honesto y leal con sus convicciones.

Yo no sé si Mockus va a ser el próximo Presidente de este país. Tampoco si es de izquierda, como dicen los uribistas, o si es de derecha, como lo afirma el Polo. De lo que sí estoy segura es que es la mejor carta para enfrentar a la clase política tradicional y corrupta que ha gobernado este país. Y a mí eso me basta, así a los uribistas les parezca un imbécil.



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martes, 20 de abril de 2010

Entrada de Google Sidewiki de Ernesto

El estudio de la violencia y por qué se genera, está en pañales en el mundo. Se sabe que la violencia genera más violencia y no resuelve nada. Estamos cansados en Colombia con el tema. Lo sufrimos a diario, y sabemos que el mundo no vuelve la espalda. Pero lo verdaderos generadores de la violencia, como el narcotráfico, en Colombia y en Méxio, son generados en los países consumidores que no hacen nada al respectro. No sólo se afectan sus nacionales con la adicción, sino que contribuyen al terrorismo en las países productores, donde la violencia vive del narcotráfico. ¿Será que entienden? Por favor.

con referencia a: Roonic.com - con esta barra puedes buscar y escuchar cientos de radios online. (ver en Google Sidewiki)

lunes, 19 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 36

Claudia de RCN (no sé cómo se escribe bien Gurisatti), entrevistó a Antanas Mockus, y en la mitad de la entrevista, le preguntó que si él haría acuerdo humanitario, o canje de secuestrados por guerrilleros presos, y Mockus respondió:
“Yo creo que liberaciones unilaterales podrían darse, por parte de las FARC. No conozco bien en detalle cómo sería. Pero un canje, ni de fundas. Un canje generaría el mismo ciclo siempre, y sería aprobar que los métodos de la subversión y la delincuencia común, son efectivos. Y uno lo primero que tiene que hacer frente a fenómenos como el terrorismo, es demostrar que la sociedad no cede ante el problema.” Y no cede, digo yo, Ernesto Iregui, porque no puede ceder ningún colombiano en el país, incluida, con todo respeto doña Yolanda Pulecio, que afortunadamente tiene ahora a su hija en París. (O si no: ¿quién la aguantaría? ¡Pobre Uribe!).
“Pero perdóneme la expresión, (dice Mockus), no soy tan estúpido en comprometerme a hacer, y ni siquiera dejar expectativas en esas direcciones. Las estrategias en este terreno, en la mayoría de los países, permanecen reservadas, y es muy curioso que en la sociedad colombiana, en plena campaña electoral, estemos ventilando las estrategias frente a las FARC. Yo creo que a las FARC les interesa que hablemos de ellos cuando hacen las liberaciones, como si fuera una promoción legal, dentro y fuera del país. Esas escenas de la liberaciones, con los helicópteros y toda Colombia mirando el encuentro del secuestrados con su familia… ¡ya no más! No dejemos que eso vuelva a suceder.” Digo yo, Ernesto Iregui, que sólo pasa en un país que no tiene dignidad alguna, frente a permitir que un delito de lesa humanidad, el secuestro, se utilice como arma política y de promoción de una guerrilla sin sentimientos, sin moral, sin ética, que parece un monstruo extraterreno.
“La Cruz Roja debe hacer sus operaciones discretamente, sin el espectáculo,.. “, dice Mockus, con mucha razón, y más adelante agrega: “El Estado no puede actuar como un familiar que diga: con tal de rescatar al ser querido, puedo hacer toda clase concesiones, y sobre todo estimular el uso del secuestro como arma política. Le corresponde al Estado cortar la cadena del secuestro, y eso implica heroísmo y una firmeza, a pesar de lo doloroso que es.”
Entonces, con Mockus: ¡no más secuestro! ¡Y ya! El país se cansó, y ya es suficiente. Es increíble que la guerrilla no lo entienda. Haciendo un análisis sencillo, aparece Alfonso Cano, como un ser de otro planeta que llegó a este sin sentimientos. Ni el secuestrado ni la familia importan un carajo, dirá para sus adentros. Es posible que él no lo haya dicho… pero los hechos lo reconfirman. O es que pasar 12 años con una cadena al cuello, viviendo, (no en la carrera 7 con calle Novena, como lo pueden creer en el exterior), sino en las coordenadas que señalan ese sitio inexpugnable de la selva amazónica, donde Cano cree que se encuentran las hermosas playas de Santa Marta, en Colombia. ¡No más secuestro! Y eso tiene que decirlo todo el país, inclusive las familias de los secuestrados, porque hay valores que están por encima de la vida del ser humano, y de la propia Constitución del país. La vida es sagrada, y nadie, ni Cano, pueden jugar con ella.

domingo, 18 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 35

Copio el siguiente análisis del profesor de la javeriana. Oscar Hernández Salgar, Músico y Administrador Cultural. Magíster en Estudios Culturales. Director del Departamento de Música de la Universidad Javeriana. (Parece que los jesuitas están poniéndose verdes…)

Lo que Colombia merece, lo que nosotros merecemos: Ante la descarada omisión que los medios están haciendo de las propuestas programáticas de los candidatos presidenciales, cada vez es más necesario que los ciudadanos nos tomemos el trabajo de utilizar los medios a nuestro alcance para llevar la discusión a niveles más profundos. El debate de la semana pasada mostró un alto grado de trivialización del escenario político. Los medios están contribuyendo a menospreciar la capacidad de comprensión del colombiano promedio y sólo hacen ecos de programas de gobierno que se resuman en dos o tres palabras. Cuando alguien expone un concepto que va más allá de las consignas obvias, dicen que es confuso y que no tiene claridad. Por eso es importante mostrar las propuestas de la forma más clara posible y tomarse el espacio necesario para destruir los mitos que se han ido creando alrededor de figuras como Mockus, a quien como no le pueden achacar ninguna relación con intereses oscuros (como a otros candidatos), le han terminado endilgando una pretendida debilidad de carácter acompañada de confusión de criterios.
Vamos por partes. Juan Manuel Santos, que quiere mostrarse como el sucesor de Uribe, exhibe la bandera de la mano dura basado en su gestión como Ministro de Defensa. Desde esa posición elabora un discurso parecido al que impuso George Bush sobre el terrorismo hace ya varios años: “quien no está conmigo está contra mí”. La versión reeditada para la campaña es: “quien no usa un lenguaje agresivo exclusivamente dirigido a las FARC, es un blandengue que se va a doblegar ante las exigencias del
terrorismo”. Además de convertir a la seguridad democrática en una marca registrada, cuando se supone que es un deber de cualquier gobierno civilizado, esto conlleva el supuesto de que si alguien señala la necesidad de acabar con otras fuentes de violencia (violencia doméstica o corrupción, por ejemplo), es porque se está haciendo el de la vista gorda ante el terrorismo de las FARC y va a echar al piso la seguridad democrática. Estos razonamientos son simplemente inaceptables, pero terminan siendo parte del sentido común de la mayoría de la población porque han venido siendo presentados en los medios con la misma persistencia irracional de cualquier emisora que quiere “pegar” una canción. Uribe se ha encargado durante los
últimos ocho años de dejar muy en claro que en este país el terrorismo se llama la FARC y que todos los males son culpa del terrorismo. A cualquier persona sensata esto le parecería una simplificación excesiva de la realidad compleja de un país como Colombia, pero la aceptación que tienen estas tesis es una evidencia de que la gente no quiere enredarse y busca cosas simples. La postura de Mockus es mucho más coherente y pertinente, pero no por eso es menos clara o menos sencilla. Lo que pasa es que en el estado actual de cosas, dicha propuesta requiere de una pequeña explicación para ser entendida (explicación que no tiene cabida en nuestros debates estilo reinado de Cartagena).
Aquí va la explicación. El narcotráfico ha potenciado en Colombia una cultura en la que es justificable salirse de la ley (por ejemplo usando la violencia) para adquirir poder. Esa cultura es algo que tienen en común, por citar unos ejemplos, los guerrilleros de las FARC, los rastrojos, los políticos del PIN, y algunos niños que desde las comunas de Medellín aspiran a ser otro Pablo Escobar, otro Chupeta, otro Don Berna. Pero la cultura del narcotráfico no se ha limitado a los círculos cercanos de los narcotraficantes. La cultura mafiosa ha terminado haciendo cada vez más débiles los límites morales, legales y culturales de grandes sectores de la población. A muchos no les parece grave evadir uno que otro impuesto de vez en cuando, o saltarse la letra pequeña cada cierto tiempo - “¡Pero si yo no le hago daño a nadie. El estado no siente!”-. Estamos más acostumbrados que otras sociedades a darnos permisos, a forzar los límites y a usar atajos para “facilitar las cosas”. No es que todo esto sea un fruto del narcotráfico, pero nadie puede desconocer que el narcotráfico ha logrado sacar lo peor de muchos colombianos. Y una de esas peores cosas es la cultura de la trampa y el atajo. Así, en la propuesta de Mockus se pueden identificar dos premisas esenciales. En primer lugar, el país tiene un problema cultural que no se puede achacar a un solo actor de forma exclusiva. Para ponerlo en otros términos, la seguridad democrática sería como la medicina alopática o convencional que ataca los síntomas las FARC, sin preocuparse por las relaciones sistémicas que hay detrás de esos síntomas. La propuesta de Mockus sería en cambio como la de la medicina bioenergética: tratar el sistema para que desaparezcan los síntomas. Intervenir directamente la cultura y crear un cambio de mentalidad para que no sea aceptable, bajo ninguna circunstancia, la violación de algunos principios básicos, como el respeto a la vida y el respeto a los recursos públicos. A esto se refiere Mockus cuando propone crear tabúes de manera que robar o matar sea igual de feo que pegarle a la mamá.
En segundo lugar, y yendo más adentro en la naturaleza del problema, tenemos un tremendo divorcio entre la cultura, la ley y la moral. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir sencillamente que lo legal nos parece jartísimo, lo que nos atrae y nos entusiasma suele ser ilegal y el hecho de saltarnos la ley no nos provoca remordimientos. Así de sencillo. Por eso es frecuente oír por ahí que tenemos una legislación para un país como Suecia. Nosotros mismos no aceptamos que una legislación progresista sea para Colombia porque reconocemos que nuestra cultura menosprecia el valor de la ley. Y lo más grave: no nos importa. Porque, como en todo estereotipo, esto tiene un lado bueno que es el famoso mito de la malicia indígena. Los colombianos nos las damos de vivos, de maliciosos, de astutos, y nos burlamos de los canadienses, los gringos y los austríacos porque nos parecen excesivamente ñoños. No hay que ser demasiado vivo para darse cuenta que es esa misma viveza la que nos lleva a pasar por encima de la ley sin que se nos mueva un pelo. Y es esa cultura de la trampa (la malicia indígena no es más que un eufemismo), la que ha sido alimentada por la ambición que trae el narcotráfico y que nos tiene metidos en una espiral de violencia que lleva más de medio siglo.
Ahora bien, ¿cómo se crea un cambio de mentalidad tan grande como para cerrar la brecha entre nuestra cultura y nuestra ley? Lo más interesante es que Mockus es precisamente el único dirigente político en el país que ha logrado cambios de este tipo desde una posición de gobierno. Voy a mencionar dos ejemplos muy sencillos: En la década de los ochenta era imposible ver a alguien en Bogotá manejando con cinturón de seguridad. Al finalizar la primera alcaldía de Mockus todo el mundo había desarrollado el instinto de ponerse el cinturón antes de arrancar. De igual manera, a principios de los noventa los peatones debían cruzar la calle entre los carros porque no existían cebras y mucho menos existía la conciencia de respetarlas. Hoy en día el conductor que queda atravesado en una cebra por un cambio de semáforo siente inmediatamente la presión de estar haciendo algo mal. Estos cambios no se lograron únicamente con mimos o con tarjetas rojas. Pero tampoco se debieron exclusivamente a las multas. Estos cambios se dieron gracias a la combinación de diferentes elementos. ¿Cuáles elementos? Pues precisamente los que permiten acercar la ley a la cultura y éstas dos a la moral. La multa funciona como una sanción legal, pero si no va acompañada de una presión social, el multado
termina buscando la forma de evadirla y no llega a sentir culpa. El mimo funciona como el símbolo de una sanción social, pero si no va acompañado de una multa, no genera la fuerza suficiente para convertir el comportamiento en hábito. Por eso la estrategia se puede resumir así: combinar presiones legales con presiones sociales, en la misma dirección, para producir remordimientos y culpas por los actos
ilegales. Por esa vía se lograron cambios importantes y duraderos en Bogotá que hoy a muchos nos siguen enorgulleciendo.
La pregunta es: ¿puede usarse el mismo razonamiento para resolver los problemas de Colombia? La apuesta es que sí se puede. De hecho es una apuesta que apunta a una mano dura, más dura que la del uribismo más recalcitrante. Por una sencilla razón: la mano dura de Uribe-Santos está dirigida a erradicar militarmente a la FARC. La mano dura de Mockus en cambio está dirigida a atacar jurídica, social y
militarmente cualquier tipo de ilegalidad. Y sabemos que la tolerancia a la ilegalidad está detrás de todos los problemas del país. Desde la corrupción hasta el desempleo pasando por la crisis de la salud y el narcotráfico. El enemigo no es la izquierda o la derecha. El enemigo no es el que piensa distinto o el que se niega a darme la razón. El enemigo es la ilegalidad, en todas sus formas. Necesitamos que Colombia sea un país legal.
No es fácil, pero se puede. Se necesita una revolución cultural. Para esta revolución se necesita un mandato claro. Por eso es importante que Mockus gane no raspando, sino con muchos, muchos votos. No estamos pensando en ganar la campaña, sino en emprender la tarea gigantesca de cambiar a Colombia para convertirla en un mejor país. Si estas ideas le parecen convincentes, por favor vote por Mockus el 30 de mayo. Si le sigue pareciendo muy complicado y necesita algo más simple, puede seguir siendo uribista, conservador o mamerto. Pero no diga que no se lo advertimos.

Cordial saludo de Mario Hernando Sandino S.
Celular 316 357 7985

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 34

¿Qué trae Mockus al respecto de la violencia? Es el primer punto de su programa de gobierno 2010-2014, que se titula: “Educación y cambio cultural”, como motor para la transformación de Colombia. Para Mockus: “La educación y el cambio cultural, constituyen el eje central de su propuesta. Dice textualmente que la educación y el cambio cultural: “Serán el punto de partida para contrarrestar la violencia, la ilegalidad, la pobreza y la informalidad, mediante oportunidades sociales y económicas legítimas.”
Mockus también dice: "No debe haber justicia por mano propia". El candidato a la presidencia por el Partido Verde, habló sobre algunas de sus propuestas de gobierno de ser elegido Primer Mandatario de los colombianos. Primero recordó que para él y su partido “la vida es sagrada”, por eso reiteró que debemos respetarla. “Por eso no debe haber justicia por mano propia. Si logramos eso estaremos más cerca de una comunidad que puede dormir tranquila”, afirmó.
Continúa diciendo: “La Policía y el Ejército deben estar presentes en el territorio colombiano, pero en esta nueva fase, en la que hay que fortalecer el monopolio del uso de la fuerza, debe haber además, y ojalá en cada municipio, un fiscal y un juez, porque es importante que la ciudadanía acate lo que son las funciones de la Fuerza Pública”, y de los funcionarios designados, y que todo opere dentro de la ley, afirmó.
También dijo que en su gobierno lo que más quiere es generar esa “reforma cultural y educativa para que protejamos radicalmente la vida, y para que usemos los recursos públicos como si fueran hostias consagradas, madres sagradas, algo que impida el cinismo en el cual hemos vivido en los últimos años”.
Continúa diciendo: la legalidad, la justicia y la transparencia en la política y el ejercicio de lo público, es la manera de transformar la forma de hacer política, en Colombia, basada en la confianza entre las personas y las instituciones. ¿Y cómo lograrlo?: con la participación del ciudadano, su inclusión en los problemas, el intercambio de argumentos, para conseguir un control social efectivo de la gestión pública. Lo que permitirá un frente común contra la corrupción. Manifiesta que busca un Estado respetuoso de la Constitución y la Ley, de manera que el manejo de los recursos públicos sea eficiente, transparente y justo. Y quiere que su ejercicio público, sea un modelo para los servidores públicos y los ciudadanos.
También establece que la protección de la vida es el propósito fundamental, para la legalidad democrática, sin lo cual, esta no existe. Eso genera calidad de vida, y para eso, se necesita reforzar la presencia del Estado en todo el territorio. Estos son algunos de los puntos que van a informar su programa de gobierno.
El que más nos gusta es la consideración de que la vida es sagrada, que no se puede hacer justicia por mano propia. Por eso el uso de la violencia no arregla nada, sino lo contrario, destruye la legalidad democrática. Inclusive la acción de las fuerzas armadas está circunscrita a estos principios. No se trata entonces de borrar a los terroristas del mapa con la acción bélica. En el fondo, la fuerza pública, ejerce el derecho de legítima defensa de la vida ciudadana, y si puede forzar la entrega de los subversivos, sin disparar un tiro, ¡en hora buena! Porque no nos podemos permitir los colombianos la mancha negra que quedó de los falsos positivos, que en realidad son crímenes de lesa humanidad. Una mancha imborrable, por el desajuste que produce en los principios éticos, y en la justificación de utilizar la fuerza como medio de legítima defensa.

jueves, 15 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 33

He recibido el siguiente mensaje, de las personas que leen mi blog, y sin más, les transmito el escrito, que tiene un excelente contenido, para quienes estudiamos las diversas causas que originan esta lacra de la violencia, que se mete por todos los vericuetos del alma humana:
Hola Ernestico, ¿cómo has estado? Espero que súper bien, y bueno, espero que estés disfrutando estas bellas lluvias que han llegado a esta encantadora ciudad. A continuación voy a dar una breve reflexión sobre la obra de teatro CARILLÓN, EL VUELO DEL TIEMPO. Esta obra de teatro se realizó en la noche del 28 de marzo en la plaza de toros, el escenario era demasiado pequeño en comparación con la multitud de gente que allí estaba. En medio de toda la plaza de toros se encontraba un paralelepípedo o traducido, una figura cúbica rectangular, pero estaba llena de hilos cruzados, los personajes de la historia eran ficticios, pero al parecer eran del planeta tierra y otros seres un tanto mitológicos, pero bueno, creo que todo el mundo tiene algo de estos seres, de ahí creo que nace esta obra, de lo que cada persona cree ser. Esta obra relata la historia de una nueva creación de raza humana, ya que el odio, el resentimiento, la lujuria, la ambición, el egoísmo, hizo que la raza humana se destruyera, cada quien queriendo apoderarse de todo y al final nadie quedó con nada. Esto sucedió por culpa de Júpiter que precipitó su ira contra la humanidad. Era una lucha por coger todo, por adquirir todo, por apoderarse de todo.

La primera estación que llegó fue el verano, pero por la sequía o el calor que sé yo, empezó un drama de violencia y decepción, en la que la guerra y el poder era lo más importante; llegó el invierno y el otoño, que inundaron la tierra acabando con la raza humana, (un arca de Noé, pero en versión futurista), y por último llegó la primavera que trajo un nuevo origen prodigioso. Con este nuevo origen de la humanidad llegó un nuevo Dios, no sabemos de dónde, pero era más poderoso y así empezó a poblar la tierra, pero no acá, en este planeta, pues se los llevó para otro mundo, lejos de este planeta.

Mi reflexión al ver esta obra, es que veo que este mundo está en un caos no sólo de guerra y violencia, sino intelectual y religioso, por así decirlo, cada quien quiere tener la razón, cada quien tiene su propio dios, cada quien quiere tener el poder y ve la vida dependiendo en lo que cree. La última parte en la que el nuevo dios aparece, viene vestido de rojo, pero no trae armonía, sino viene a llevarse a la nueva raza. ¿Para qué? No lo sabemos. Este hombre estaba vestido de rojo fuerte y estaba en medio de un aro en el aire; el rojo en la espiritualidad es un color de fuego, de poder, de violencia, no lo sé, tal vez esté analizando a través de lo que vi y de lo poco que sé, porque algo sí es cierto, como lo dijo una vez un filosofo: sólo sé, que nada sé. Pero cada vez ese saber se encuentra con el descubrimiento de la verdad, y esa verdad se consigue con la verificación, es decir con la experiencia, por eso la experiencia hace verdaderos sabios. Esta obra me hace ver que quieren mostrar como una invasión extraterrestre, en donde ellos van a venir a llevarse a una pequeña porción de la humanidad que logre traspasar todas las pruebas de la violencia, la indiferencia, el egoísmo, en fin, a través de todas las estaciones antes dichas, y luego, al momento de venir la calma, el florecimiento, la primavera, vendrá la dicha del triunfo, y serán llevados a una nueva tierra. Así lo hizo Moisés, cuando llevó a su pueblo a la tierra prometida. Pero esta es en versión extraterrestre.

Como te he comentado, estuve alguna vez en charlas donde nos hablaban de las federaciones intergalácticas; fue interesante, pero la verdad, yo vivo, por y para mi Jesús de Nazaret, a quién amo con todo mi corazón. A través de los años, la violencia ha estado, sólo en aquellos hombres que han logrado vencer y que han sido reconocidos, pero: ¿a costa de qué? Por ejemplo, Napoleón, Hitler, Bolívar, etc., pues de millones de muertos. Pero si vemos los santos, son seres que se entregaron de lleno al amor de Dios, y lo que hicieron fue difundir amor a todo aquel que está a su lado, y no hubo violencia. Por eso, sólo el que es santo es un maestro.

Que me hace ver esto mi querido Ernestico, que el amor siempre es vencedor, que en la tierra hay más buenos que malos, sólo que el bien es silencioso, por eso no se escucha, por eso dicen, escuchad a dios en el silencio. Mi mayor ejemplo es Jesús de Nazaret, es quien después de 2000 años aún siguen hablando de Él, y nos enseñó a amar, sólo que el hombre aún no ha entendido la perfección, pero espero que muy pronto reconozcan esas palabras tan sutiles que Jesús dijo alguna vez: Amaos los unos a los otros, como yo os he amado, y amad al prójimo, como así mismo. Sólo que debemos es amarnos a sí mismos, para generar un entorno de paz y satisfacción; cuando me amo, siempre doy lo mejor de mí al otro, porque es a mí mismo a quien me estoy dando y ese otro, es el mismo Jesús, todos somos espíritu puro, o sea, que debemos tener una delicadeza de tratar al otro, porque es al mismo Dios a quien estoy tratando y viceversa.

Por ejemplo, Corona es una empresa que no tiene al empleado con una condición elevada. A lo máximo que pueden llegar es a ser analistas, ya que tienen estratos, tienen su rosca, usan tal marca, etc. A los que son del grupo más bajo, les dan más duro, tienen que trabajar hasta altas horas de la noche, tienen que hacer tal y tal cosa, los presionan psicológicamente, etc.; es una violencia silenciosa, lo que pasa es que la gente por miedo no dice nada y cuando dicen algo, es que ese tipo es un revolucionario. En la empresa, al que sale a la hora de salida, suponen que le estaba robando tiempo a la empresa, eso dicen, ¡es tenaz!

Te cuento algo que me pasó, de las muchas anécdotas que hay al respecto, y tú concluyes de acuerdo a tu criterio: Cuando mi primer jefe de corona se fue, me pasaron para otra sección, cuando llegué el grupo me gritaban, no me saludaban, se iban y me dejaban sola en la oficina toda la tarde; hacia el trabajo que tenía que hacer, pero luego ellos me decían que yo no tenía que hacerlo. En fin, fue tenaz, tenaz, tenaz, y todo era para sacarme a otro puesto y dejar a una persona que ellos tenían para ese cargo. Yo no sabía de ese cargo, nada, es nada y lo único que hicieron fue darme libros, dizque para que aprendiera, pero la verdad, en las finanzas lo escrito es simplemente un concepto, pero la realidad es otra, me trataron como… ¡huy!, no quiero recordar, pero yo estuve firme; entonces, empecé a cambiar el método, les dije: ¿En qué les puedo colaborar, ¿y sabes?, yo era la auxiliar de todos., ¡Uf!, tenaz, no es que me haya sentido mal, pero yo decía, yo quiero crecer profesionalmente, ¡que pasa Dios Mío!, ¿qué pasa? Me quedaba terminando el trabajo y al final, que no, que no se había hecho nada, y que eso no servía. ¡Guau!, respire profundamente y siguí. Y ahora me pasaron a otro puesto más operativo, de verdad, ahora sí, más operativo. Estoy haciendo lo que hice cuando inicié a trabajar, o sea, como una practicante y querían que en un día aprendiera el manejo de 1500 clientes, cuando ellos llevan 5 años que se los saben de memoria. Me ha tocado ser muy fuerte Ernestico, y aferrarme cada vez más a Dios y estar de la mano de mi Jesús de Nazaret. También me di cuenta que estaba trabajando por necesidad cuando llegue a Corona, y lo hice sin pensar si quería trabajar allí, sin reflexionar que si eso era lo que quería para mí. Y la verdad eso no es para mí, no es la empresa que me gustaría estar, no estoy haciendo lo que me gusta y para tener prosperidad se necesita amar lo que se hace, y la verdad, yo lo hago por necesidad y duele mucho, pero sé que ya muy pronto saldré de allí para un lugar mejor.

Así mismo allí creen en los extraterrestres, en la lectura de cartas. En fin, los respeto y cada quien siga lo que crea mejor para sí, pero yo soy de Jesús de Nazaret, y alguien me dijo: ¡Ah!, ¿Verdad que usted es buena? Y empezaron a reírse, para la gloria de Dios, gracias a Dios, soy buena hija de Dios. Lo anterior, para decirte que la violencia no sólo se ve en Irak, se ve en pequeños lugares como son las empresas en donde el poder, la riqueza y el mandato, quieren imperar, pisoteando a los demás, y los demás no dicen nada por miedo, no porque les guste eso, sino por miedo. Donde los buenos hablaran, se reunieran, se lograría algo bueno, algo mejor, llegaría una nueva primavera en donde se podrá vivir en armonía, en paz y disfrutando lo que se hace, claro está, sin decir que algunas veces sucedan imprevistos, o cosas así, pero se podrían manejar a través del diálogo, la comunicación, etc. Ernestico, que siempre el amor habite en ti, en mí, en nuestros amigos, en nuestra familia, y que sea cada vez más lleno de paz, alegría y sobre todo de mucho Jesús de Nazaret y de la Virgen María. Ernestico, que tengas una feliz noche y que el Dios de la vida nos siga bendiciendo.

ISABELLA

martes, 13 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 32

Uno de los valores que hay que cultivar contra la violencia es la honradez, para vivir feliz, sin deberle nada a nadie. Es lo honrado, lo real, lo genuino y auténtico, la buena fe, lo que nos enfrenta a lo deshonesto, lo falso, lo impostado, lo ficticio, lo violento. El principal punto de la honradez, es que expresa respeto por uno mismo y por los demás, se opone a la deshonestidad que no respeta a la persona misma ni a los demás, que es el carácter que muestran los violentos cuando delinquen contra el otro pensando que tienen el derecho de hacerlo. En cambio la honradez tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición a vivir en la luz. Por el contrario, la deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento... En la selva, por ejemplo, como ocurre con el terrorismo en Colombia.
Hay un caso que nos muestra este don precioso de la honradez. Es un caso real. Me lo contó mi amigo de mesa en el sitio donde vivimos, relatado por su hijo, que viaja con frecuencia al Japón en trabajos relacionados con su profesión. Él cuenta lo siguiente:
"Hace un rato fui por un ponqué a la máquina que vende paquetes cerca de la oficina. Puse un billete de mil pesos y oprimí los botones C y 4. La máquina recibió el billete, abonó los mil en la pantalla y procedió lentamente a dejar caer mi ponqué, que en su caída encontró un paquete de maní salado, trabado a la salida de su ubicación y que, ayudado por mi paquete, cayó en la caja de entrega.
Deslicé la tapa y saqué mi ponqué y el paquete de maní. ¡Qué buena suerte! pensé, y recordé que esa máquina me había “robado” antes un paquete de maní. Volví a la oficina pensando que la vida da vueltas, que la ley de la compensación existe, que al final siempre recibimos lo que antes dimos, y cosas así. Me serví un café y llegué a mi mesa de trabajo con la intención de tomármelo con el ponqué, ¡y el maní! Le dije a mi vecino: Imagínate, nadie sabe para quién trabaja, la máquina esa me devolvió un maní que antes me había robado, ¡qué bueno! Y empecé a saborear mi ponqué muy satisfecho. Segundos después recordé un hecho muy simple que marcó mi vida, que ocurrió casi 20 años atrás, y que no he olvidado ni quiero olvidar.
Estaba en el Japón, era verano, la noche anterior había llegado muy cansado de una ciudad que estaba 4 horas al sur de Tokio, y me había alojado en un hotel que quedaba cerca de las oficinas mi cliente. Esa maña salí caminando hacia el edificio donde tenía una cita; llegué a la recepción y me anuncié. La recepcionista, una linda jovencita, me hizo saber en su perfecto japonés que quería un documento con foto. Busqué en mis bolsillos, busqué en mi maletín, ¡y nada, no había nada, ni cartera, ni pasaporte, ni tiquete de avión para mañana, ni dinero, ni nada! No puedo decir que me recorrió un escalofrío, no era para tanto, pero cuando recordé que la noche anterior había salido a caminar algo lejos del hotel, y que había hecho una llamada en una cabina telefónica, y que seguramente había dejado allí la cartera con todos mis documentos, y el dinero, me afané mucho. Al otro día debía viajar de regreso a Colombia, todo ya estaba en esa cartera y no podía recuperar nada antes de viaje."
"De alguna manera le hice saber a la joven que había perdido mis documentos y salí, ahora corriendo, no sé para qué, porque habían pasado más de 12 horas desde que estuve en la cabina telefónica, la noche anterior, y era poco probable que mis documentos estuvieran allí. ¡Efectivamente no había nada! ¿Qué esperaba? ¿El mundo al revés? ¿Acaso alguien que se encuentra una cartera con dinero en una cabina telefónica en la calle tiene que devolverla, a quién, cómo? Bueno, en ese momento llevaba más de 3 meses en el Japón, y ya había visto y ya había vivido algunos ejemplos de esa honestidad japonesa, que yo llamaba extrema. Di una mirada alrededor de la cabina y pensé: Si yo fuera japonés, y tuviera la obligación de devolver una cartera que no es mía, y que contiene dinero y documentos valiosos para su dueño, ¿dónde la dejaría? Al otro lado de un parque y una calle que separaban la cabina de una hilera de edificios, vi un hotel, no en el que me había alojado, sino otro muy elegante. Sin pensar mucho, me dirigí hacia allá. Fui hasta la recepción, pregunté por alguien que hablara inglés. Creo que esperé más de 15 minutos, al fin llegó un hombre, se excusó por su demora y me preguntó qué quería."
"Le expliqué la pérdida de la cartera y le señalé la cabina al otro lado del parque, lejos, donde creía que la había dejado. Él se dirigió a unos jóvenes que atendían la recepción y, como ocurre siempre en el Japón, les explicó algo que yo le había dicho en 30 segundos; nunca sabré qué sentidos desconocidos agrega al idioma japonés, que multiplica por 4 el tiempo requerido para expresar cualquier idea. Al rato, sin decir nada, el hombre desapareció en la oficina adjunta y se tomó su tiempo. Yo no sabía si regresaría, no sabía si la conversación había terminado, no sabía si ir a la policía para que me deportaran por no tener documentos. ¡Ah, tampoco tenía cómo pagar el hotel! Muchas cosas pasaron por mi mente, ninguna buena. ¡Y el pobre japonés no aparecía! Esperaba que dijera que me fuera, que no tiene mi cartera, y ya, ¡veré qué hago!"
"Al rato apareció con un sobre tamaño media carta, amarillo y con algo escrito en él. Me hizo ver que el sobre estaba cerrado, parecía decir: ¡Nada por aquí! ¡Nada por allá!, frase que utilizan los magos, y lo abrió pausadamente para que yo viera. ¡Apúrele!, pensé. De pronto empezó a sacar mi cartera. ¡MI CARTERA! Yo le dije que esa era, que gracias, que qué alivio; pero él no entendió nada porque lo dije en español. Me preguntó mi nombre, los números de algunos documentos, cuánto dinero tenía y otras cosas que no recuerdo. Para terminar quiso que firmara un papel escrito en japonés en el que reconocí una lista, porque las listas son iguales en cualquier idioma. Le dije que no, que no firmaría si no sabía lo que decía el papel. Me dijo que quién encontró la cartera en la cabina telefónica, escribió una lista de las cosas de la cartera, las puso juntas en el sobre y lo dejó en el hotel para que el dueño lo recogiera; y que quería asegurarse de que el hotel entregara todo a su dueño. Firmé, agradecí, salí a la calle, reí, lloré y me quedé con esa sensación que frecuentemente me producen los japoneses de que son gente de otro planeta, de un planeta mejor que el nuestro donde la gente es mejor y, sobre todo, la sociedad es mejor."
"Entonces, volví al presente, escribí en un papelito algo sobre que la máquina no entregó el paquete de maní a quién lo compró, que me lo entregó la máquina a mí por error, que no es mío, que es de alguien y que ese persona lo debe recibir. Fui a la máquina, pegué el maní con el papelito y quedé feliz. Confío en que quién retire el maní sea quién lo compró y confío en que haga lo mismo cuando se encuentre algo que no es suyo. Espero que no lo vaya a retirar algún “vivo”, uno que tenga como lema para su comportamiento eso de “papaya servida, papaya comida”, que piensa que todo lo se encuentre es suyo, que no tiene dueño y que eso no es robar." RIENZI RODRÍGUEZ.

Comparen ahora ustedes la diferencia de culturas, con la nuestra, y juzguen si no es necesario ser honrado para vivir feliz.

lunes, 12 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 31

El enojo es un estado natural en los seres humanos materialistas, (hablo del enojo negativo), que acabó con la Liga o Sociedad de las Naciones, creada en 1920, pues fracasó a los poco años, luego de la Primera Guerra Mundial; y actualmente las Naciones Unidas, creada en 1945, que tiene un funcionamiento regular, pues no logra su objetivo esencial, para la que fue creada. Dicen algunos que la gente en el poder se preocupa más por mantenerse en él, que mejorar la calidad de la vida en todas las naciones del mundo. Entonces así, sirve de poco. Uno mira a África y se espanta… a América Latina, y bueno, la ONU y la OEA, sólo sirven para mantener el atraso, la pobreza, las enfermedades como el Sida, etc., etc.
El último cuento al respecto en favor del enojo, es que Rusia y los Estados Unidos redujeron su arsenal nuclear. ¡Fantástico! ¡Maravilloso! De caerse uno rendido de la emoción. Porque en el fondo el enojo sigue latente.
Hace poco Chávez, en una de sus múltiples expresiones de enojo, llamó desgraciado al presidente de Colombia. Estaba chicho, como se dice en el argot colombiano. Les dijo estúpidos a los gringos, de una manera que le hubiera cuadrado mejor decirles hijueputas, tal era el gesto y la emoción del enojo.
Y los días, y los años, y los siglos pasan, y parece que nadie se le ocurre pensar en el enojo como tal, de dónde surge, por qué surge, en fin, un simple análisis juicioso del comportamiento humano. Enojo es, según el Larousse, una alteración del ánimo producida por algo que contraría o perjudica.
Si analizáramos el enojo de Chávez, que es tan patente, pues no tiene una explicación lógica muy clara, diríamos que es inexplicable que el enojo llegue a producir un bloqueo a las exportaciones colombianas a Venezuela, pues simplemente parece estúpido. Que el enojo llegue a los miles de colombianos que trabajan en Venezuela, (porque el venezolano es poco trabajador), es grave, porque genera una xenofobia estúpida entre hermanos. El enojo de Chávez contra el imperio, como llama él a los gringos, haría razonable una integración entre los dos países, (Colombia y Venezuela), a la cual podría Chávez aportar cinco mil millones de dólares, que actualmente invierte en armas, para mantener en pié firme su enojo contra el imperio. Con las armas frente los gringos es poco lo que él puede conseguir. Acordémonos de Nagasaki y de Hiroshima.
Y hablo de Chávez siempre, porque no parece que en Venezuela existan los tres poderes de toda democracia. “Aló Presidente”, no tiene en América Latina, que yo recuerde, ni en país alguno que constitucionalmente se maneje por televisión. Y actúe como poder ejecutivo, representando en su totalidad al Estado, olvidando al poder legislativo y judicial. Además la presidencia es una institución, un equipo oficial, y no un nombre propio. Es decir, la presidencia no es unipersonal, porque es una institución de las tres que forman el Estado.
Difieren en cambio las conversatorios de Uribe en Colombia, porque sólo tratan de llegar a las regiones más apartadas, a hablar con las autoridades y con el pueblo de las necesidades y de los problemas propios de las regiones, a donde el Estado, generalmente no le funcionan sus obligaciones republicanas y constitucionales, como debieran funcionar, bien por la lejanía de la capital, o por el atraso regional.
Otro tipo de enojo bien curioso, ocurrió con Ecuador. Fue un enojo que no dejó ver el hecho de tener un grupo terrorista en su territorio. Dentro de la lógica, hubiera sido pertinente darle las gracias a Colombia de haberlos librado de semejante grupo, que lleva 50 años matando o secuestrando gente en Colombia, como forma de lucha para imponer a la fuerza y en forma criminal, una ideología. El juez de Sucumbíos en Ecuador, se le olvidó el código penal, cuando no hizo un retrospecto sobre los motivos del ataque colombiano al grupo terrorista en territorio ecuatoriano, en donde se ejerció la legítima defensa del pueblo colombiano. (Al señor juez se le ha olvidado ver el expediente de homicidios de la guerrilla, y la necedad de esta, en persistir en el homicidio, el atentado, las minas antipersonales, etc.). ¡Se ha violado el territorio de nuestra patria!, diría, y se lo olvidó nuevamente el derecho penal y el internacional, porque sus fallos no tienen jurisdicción sino dentro del poder judicial ecuatoriano, y no en Colombia. ¡Nada que ver!
Pero veamos para terminar una última cosa sobre el enojo, que en el fondo nos puede llevar a una experiencia positiva, pues nos hace ver que no podemos fincar la vida sobre lo que es materia, porque esta es finita y corruptible, y produce en el interior un desfase grave, que nos lleva al enojo, en vez de ser felices, con las cosas infinitas y trascedentes. Todos los que llegan a la eliminación del ego, por ejemplo, se ríen de la vida material, y trascienden a un estado superior de iluminación, donde se ve la verdad solamente, con la humildad de sentirse ser humano, finito y corruptible, con el cuerpo, y trascender a lo infinito, en espíritu, al más allá, con el alma.

sábado, 10 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 30

El diario mensaje de la violencia en los medios masivos es conturbador, produce emociones. Cuando uno hace un recorrido por la prensa, no hay duda que internamente ocurren una serie de emociones encontradas, la mayoría negativas. Y es que los idealistas consideran a las emociones como un legado divino cuyo origen no es entendible por mente humana no inspirada. Sugieren que las emociones son humores invisibles que dictan las reglas de conducta social e individual y que previenen de los efectos nocivos o benéficos de nuestros actos y pensamientos y explican la bondad de las causas que las originan. Y dicen los entendidos en la materia, que tratar de explicar las emociones desde este punto de vista implica, tratar de razonar la relación que existe entre el entendimiento humano y los designios de Dios. O peor aún, que todo tiene que ver con la magia inexplicable del azar.
La verdad está del lado de los que piensan con el espíritu, las emociones se forman con la educación, en un hogar normal, (cuando es expresión de la encarnación de un hombre y una mujer en el amor puro), y desde el kínder y la adolescencia, y es entonces la inspiración divina, que se comunica con los seres humanos mediante las emociones que se viven en el hogar, y luego a lo largo de la vida.
Del lado opuesto, el materialismo, considera que las emociones son consecuencia de… “las alteraciones del azar, generadas por la constante distribución de la energía hacia los confines del universo, de una gran explosión que afecta, desde sus inicios, una gran sopa submolecular primigenia. Son estructuras cada vez más improbables de acontecimientos y objetos, que han sido ordenados y almacenados en el complejo rompecabezas de la cognición”, y se extienden por miles de vericuetos hasta llegar al genoma humano.
Esta es la demostración de la incapacidad del materialismo para entender cómo se forman las emociones internas en las personas. Cuando es fácil ver que el amor puro es el que construye el interior. En muchas de las situaciones del ser humano, la ciencia es simple, y no admite especulación más allá de ver las cosas como son, independientemente de cuál de estas explicaciones racionales es la más aceptable.
Definitivamente la formación del ser humano depende de la manera cómo nace en su hogar y luego se relaciona con su medio ambiente. Si este es violento, no hay duda que influye en sus emociones, pero no hay la posibilidad de que acepte la violencia como ha ocurrido en la guerrilla, o en los barrios de las grandes ciudades, en los actos terroristas, en las barras bravas de los estadios, en los grupos delincuenciales en general. No hay la posibilidad de que estas conductas emocionales se acepten sin más, y se vean razonables. Simplemente, el ser humano no puede llegar, si es normal, a una comunión espiritual con la violencia. Me parece que algunos materialistas, ante la incapacidad de explicarla, dirán: ¡Deje así!
Todos los dictadores que han pasado por la historia tienen ese sencillo estribillo: ¡Deje así! El sólo hecho de pretender mirar al ser humano como animal de carga que hay que domesticar, los lleva a ser drásticos con su conducta emocional. No se pueden dar el lujo de sentir, pues la compasión es un papel para tontos: Mejor deje así, ¡no moleste! La enumeración de estos personajes es infinita; pero están Chávez, Hitler, Fidel, Stalin, entre un millar de ellos.
Y entonces, en el mundo, precluye el corazón puro, como dirían en los juzgados penales, y queda el ¡deje así!

martes, 6 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 29

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 29

Para encontrar el origen de la violencia, no es necesario que atendamos a nuestro ego que piensa que hay una urgente necesidad de enmarcar el alma dentro de un concepto humano, no divino, para poder darle en la jeta al otro, sin remordimiento, y aceptando que no sólo es justo, sino también necesario.
Y esto se debe, como lo dice Elizabeth Vargas Ramírez, que la ciencia por lo general, y desde siempre, ha ignorado el tema de la existencia del alma. Existe es el ego sátrapa y dictador, que no permite la libre expresión, y que sólo acepta su cruda idiotez. Quizá lo simple aparece como lo más difícil. Se van por lo más complejo, para aparecer más inteligentes. Suponen que la mente y el ego son capaces de todo. No reconocen que la mente no lo puede hacer, porque la falta de humildad no los deja. Sin embargo, la mente si lo puede hacer, si es inteligente, empezando por la humidad que reside en las limitaciones de tiempo y espacio, en que la vida es pasajera, débil y desmemoriada. Porque como dice un jesuita inteligente, cuando nos paremos en la tierra, (el aparato en que vamos volando), y frente al cosmos, donde parecemos más pequeños que microbios, vemos que tenemos un yo externo que se ve, un yo interno que NO se ve, pero se SIENTE, y lo que está más allá de nuestra mente, a lo que podemos llegar solamente por la FE. Y mencionamos la fe, no porque nos lo hayan dicho las hermanitas de la caridad, sino porque no hay otro medio para llegar allí. A pesar de ello la pregunta continúa latente… ¿Quiénes en realidad somos? Dice Elizabeth Vargas Ramírez: la mayoría de los profesionales hacen referencia a la conciencia, que NO se ve, al igual que el alma, relacionándola con el sistema nervioso; hablan de la mente vinculándola con el cerebro; analizan las emociones y los sentimientos, explicando el funcionamiento de las glándulas endocrinas; evalúan el carácter relacionándolo sólo con la mala conducta; estudian la personalidad y la reducen al cuerpo.
La palabra alma, al ser una palabra ACIENTÍFICA, (porque no se puede llevar a un laboratorio a tomarle un TAC, o una resonancia magnética, por ejemplo), se piensa que sólo puede ser utilizada por personas profesionales. Pero ese secreto lo tiene cada ser humano en su interior. Como decíamos en el yo interno, que es el que se siente. Ese se siente, lo majea todo ser que esté vivo, y no sólo los profesionales y las hermanitas de la caridad. Lo que la mayoría no conoce, es que su conformación, es parte del secreto mejor guardado del mundo, siendo a su vez la base que define todo lo que existe, porque el alma no la hacen en China, sino que la siente cada quién en su interior. Es una potestad que Chávez ni Fidel Castro no pueden encerrar en la cárcel, ni restringir su libertad, porque el alma no es un cuerpo que pueda encerrarse en una celda, o se le pueda poner una banda en la boca. En la actualidad y debido a la gran insatisfacción que existe por lo que a diario sucede, el número de personas que se han atrevido a definirla ha aumentado. Es simple verlo. Cuando siente uno amor, la reflexión es siempre que esto viene del interior, y no de la Nasa. Pero no, nuestro ego prefiere hablar, como lo escribe Elizabeth Vargas Ramírez de: Campo Energético, Aura, Manantial de Energías, ADN Espiritual, ADN Energético, Partículas Elementales, Sustancia Básica, Energía Oculta, Energía del Uno, Energía Chi, Yin Yang, Principio Universal, Burbuja de Energías, Energías Inherentes, Factor Elemental, Energía Dinámica, Configuración Energética, Energías en Evolución, Firma Energética, Esencia Individual, Conciencia Individual, Subconsciente, Carácter, Alma en Evolución, Divinidad, Dios, Universo, todo esto en vez de reconocer que yo soy, porque siento, y siento porque tengo alma, espíritu, porque soy parte del Espíritu Creador. Así de simple, y para ello no necesitamos de ningún aparato terrenal técnico, ni siquiera la dirección del Papa para sentirla. Somos porque sentimos al Espíritu Creador. Y ahí no puede meter la mano el hombre. ¡Y ya! ¡Sin más!
No es necesario que atendamos a nuestro ego que piensa que hay una urgente necesidad de enmarcar el alma dentro de un concepto humano, no divino. Es allí donde encontramos la violencia, la xenofobia, el odio, la agresión, y todas esas secuelas que tiene el ego humano, producidas en el sentir, por algo que siente de una manera diferente al alma, en el interior, donde está el Espíritu Creador, aquel que la creó, para la felicidad, para la paz, para ese ser creativo o don que hace crecerla y para amar al otro como así mismo.
Es increíble que la mayoría de los seres humanos no estén conscientes donde están viviendo, no sólo porque el cuerpo es efímero, finito y corruptible, cuerpo que cuando pierde la vida, se vuelve ceniza y regresa a la tierra. Tierra que es un aparato volador en órbita, en un espacio ilimitado, nacido en el Big Bang, y que también está llamado a desaparecer, cuando el Sol pierda su fuerza o cuando un meteoro la destruya. ¿En dónde estamos pues? ¿En el Jockey Club tomando whisky? No, estamos solamente aquí y ahora. ¡Hágale, pues!

domingo, 4 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 28

El hombre ha caído en el horror de la xenofobia, generadora de violencia, en medio de una gran estupidez, donde es imposible explicar con lógica, ese sentimiento de prepotencia insulsa, que supone que la vida, ese bien temporal, limitado por su creador, es superior por raza, por estrato, por contexto, en fin, a otros seres humanos. ¿Cuándo llegará a descubrir que todos somos iguales? ¿Qué todos somos originales, únicos? ¿Qué vivimos con una misión y unos dones singulares? ¿Qué jamás vamos a lograr tener un ser humano superior al resto? ¿Qué el autor de la vida no es oligarca, ni tampoco comunista? ¿Qué el ser humano de verdad es un instrumento del espíritu superior? ¿Qué vinimos a amar cada minuto sin reposo? ¿Qué el odio destruye? ¿Qué nada se consigue con agredir? Bueno, el tema es infinito, y siempre presente en el contexto a lo largo y ancho de nuestra vida. Pero seguimos en lo mismo, y de esta crítica no se libra nadie, porque es un tema presente cada segundo en la existencia de cada quién. Porque nadie se escapa de caer en la xenofobia, una veces por raza, y otras por simple odio personal.
Hohn Carlin, el autor de “El Factor Humano”, nos ayuda a comprender el estudio de la xenofobia, con lo vivido por él en Sudáfrica, y lo cito textualmente: “La Ley de Inscripción de la población, compartimentaba a los grupos raciales. Había cuatro categorías principales. En orden descendiente de privilegios, eran: blancos, mestizos, indios y negros. Una vez que cada sudafricano estaba en la casilla racial correspondiente, se derivaban todas las demás leyes del apartheid en Sudáfrica.”
Carlin continúa su descripción diciendo que la Ley de Inscripción hacia posible aplicar la Ley de Inmoralidad, donde era ilegal casarse con una persona de otra raza, o tener contacto sexual con ella. Pero también la Ley de Inscripción daba la posibilidad de cambiar de raza.
¿Qué es lo que vemos aquí? Indudablemente la imposibilidad de que el hombre legisle sobre asuntos que rige la Ley Natural, a la que todos estamos sometidos, y a la que nos es imposible modificar, como cambiar de raza por ejemplo. En resumen, la xenofobia es un claro ejemplo del error humano de creerse con atributos que sólo tiene el Espíritu Creador.
El Espíritu que nos creó, repito, nos puso unas leyes inviolables, y son inviolables, dado que el ser humano no tiene la capacidad para hacerlo. Desde que la humanidad fue creada, el hecho es evidente, incontrovertible: todos somos iguales, y sometidos a leyes que encontramos en la naturaleza y en el cosmos. El hombre fue hecho para vivir su vida, volando en una aparato que llamamos tierra, por el cosmos. Sometido a los temblores de la tierra, y a la posibilidad de que le lluevan objetos cósmicos.
La vida, además de las limitaciones de tiempo y espacio, tiene una duración ineludible, y unas etapas propias que hacen de la existencia una experiencia propia, para hacerlo en comunidad, sometido a leyes humanas que rigen las relaciones personales, para evitar exclusivamente la violencia, y poder vivir en paz.
Sin embargo, como lo vemos en el libro de Carlin, el hombre ha sobrepasado su capacidad para legislar, y toma la ley natural como propia, y la controvierte, no sólo para cambiar de raza, sino para darle a cada una, un estatus propio xenofóbico, estableciendo diferencias que las razas no tienen, y convirtiendo el medio social en un manicomio, con diferentes tipos de payasos y brujas, porque así aparecen a los ojos de la razón. No hay derecho que sean los pueblos más desarrollados, quienes tengan en su haber el sello máximo de pueblo creído, pueblo de dedito parado y mirada torva para mirar al resto. No hay derecho que hayan pasado dos mil años, sin que se comprenda que la humildad es la virtud máxima de la inteligencia humana, y la única que da la fuerza para que el mundo vuele en armonía, hacia su próximo final en el espacio.
Pero hay una esperanza, como lo muestra Carlin en “El Factor Humano”, cuando los sudafricanos dejan esas leyes xenofóbicas absurdas, y con el increíble liderazgo de Nelson Mandela, como lo describe por medio de un deporte que apasionaba a los blancos, agregado a miles de circunstancias políticas y sociales, los sudafricanos, sin excepciones, rompen el tabú de las razas y se proclaman orgullosamente miembros de su país, y campeones mundiales del rugby, un juego de blancos, que se vuelve de todos en el corazón del país, luego del sufrimiento humano que produjo la estupidez de la xenofobia.

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 27

En el mundo hay una grave diferencia en los valores. Parece que las ideologías soslayan su esencia, y las adaptan a sus ideas de poder. Se permiten, estos grupos, pasar por encima de los delitos de lesa humanidad, porque dentro de esas ideologías terroristas, todo está permitido y aplaudido. Además, se hacen como medio de lucha, porque se piensa que privar a un ser humano de la libertad, (un ser que no ha trasgredido la ley social, es decir, no es un delincuente), es justo cuando da dinero o publicidad al grupo terrorista, y les permite sentirse fuertes frente a sus amigos o enemigos. El dolor humano pasa al cuarto de San Alejo, producto del terrorista que pierde totalmente su sensibilidad familiar y social. Y se estructura como una máquina insensible, admirada por su capacidad de hacer sufrir a los demás, y por ello produce miasmas por encima de la ley como medio ilegal de lucha. Nada de lo que fabrica la tal máquina es valedero, y para un ser humano que tenga su sensibilidad normal, como la puede tener un campesino que está involucrado con la naturaleza, en su medio rural, donde no ocurre cosa diferente a la ley natural, son inconcebibles este tipos de actos como el secuestro, como matar a otro, como poner minas antipersona, armar niños para que maten, poner mujeres embarazadas como trincheras. Entonces, estamos frente a una máquina, que aunque perseguida por la autoridad legal, es aceptada por el pueblo, o bien por miedo o por indiferencia.
Parece totalmente inaceptable que esto pase inadvertido por la mayoría de personas de una sociedad, que tiene una capacidad formidable para poner los valores sociales por debajo de su propia vida. Se acepta por miedo el problema, o mejor por terror. Y por ello se cambia el tema. Se rehúye del asunto execrable. Las personas sufren de un amnesia inmarcesible y de una terrible indiferencia, indicativo de no tener un mínimo de valores éticos y morales, para ver lo que se debe ver, estudiar lo que se debe estudiar, admitir lo obvio y reaccionar como seres humanos normales frente al oprobio del terror.
Debemos tener la esperanza de que esto cambie, se transforme y crezca en el buen sentido, es decir, en lo social para acabar con la pobreza y la falta de educación. Fines propios de una verdadera democracia social, sin distingos, donde todos somos iguales. Y lo decimos, porque por experiencia, en Colombia pasamos por tres tipos diferentes de violencia en el siglo XX. La partidista, conservadores versus liberales. La comunista que se inició con Tirofijo y la narco-terrorista en la que estamos desde finales del siglo XX y comienzos del XXI. ¿Cuál puede ser el siguiente paso? Se piensa que el terrorismo se canse, porque sabe que la violencia sólo trae más violencia y, lo dice la historia, pues nada bueno queda fuera de la destrucción y muerte de los actores en conflicto, y los inocentes que nada tienen que ver en el asunto. Creemos que el regreso a una verdadera vida feliz, comienza cuando comprendemos que la vida interior es la que fortalece la autoestima y nos da un profundo respeto por los demás. Puede concluir finalmente en lo que todos anhelamos: una existencia basada en la compasión y en el crecimiento social, fundamentado en que los seres humanos, aunque pasajeros, como únicos y sagrados que somos, nos miramos todos en el mismo espejo de la realidad, siempre en paz y felices, por haber descubierto al fin, la manera lógica y sana de vivir.