martes, 30 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 26

Eckhart Tolle, en su libro “Nueva Conciencia”, nos recomienda visitar de vez en cuando los cementerios como meditación, para ver el final de las formas de la persona, con todos sus deseos, sus temores, sus dramas y sus ambiciones. Nos recomienda visitar los cementerios por lo menos una vez al mes, porque allí se contempla lo transitorio de las formas, para encontrar en uno lo que no tiene forma, lo que no es un objeto. Y que allí adentro, nos dice, por encima de la mente, lo que somos. Vamos viajando en un artefacto terrestre por el espacio, alrededor del sol. La Luna nos sigue, y nos influye, lo mismo que todo el cosmos. Si nos paramos un poco más arriba, luego de que pasemos por el cementerio, veremos casi claramente que somos un átomo del cosmos. Y si del cementerio pasamos a la Vía Láctea, y nos ubicamos al final de la cola de esta constelación en espiral, prácticamente desaparecemos. No lo dice la lógica. Claro que nuestra mente, en aquella parte donde se ubica nuestro ego, nos dice lo contrario. Ella quiere ver solo en el ahora los objetos, las formas, y detesta pasar por el cementerio. ¿Un helado? ¿Un postre? Bueno, también un ser hermoso con buenos aditamentos corporales. Y es precisamente allí donde perdemos la cabeza. Nuestra mente sufre una catarsis inversa, y se destruye lo que es trascendente. Toda la realidad no objetiva desaparece frente a los manjares que nos brindan las formas de la vida material. Y quedamos de la mano de Tirofijo y la violencia. Vemos cómo unos terroristas sin alma, le dan una bomba a un niño para que le lleve el regalito a la policía. No, no crean que esto es mentira. No, es tomado del periódico. Es un hecho real. También leemos que a un esmeraldero le han puesto una trampa con ametralladoras y bombas. ¿Será que es rico tener bienes materiales? No, no es rico. Es lo contrario. Es un grave peligro para la vida familiar. No digo que haya que estar rezando el rosario y yendo a misa. Ambas cosas sirven muy poco, cuando los terroristas actúan. Ellos no tienen ningún tipo de óbices que les lleve al alma el sentimiento. Ellos no pasan por el cementerio. Viven apegados a los objetos. No trascienden. Son inmensamente infelices en su interior. Porque en la parte exterior conservan una mueca que les permite pasar por encima de la autoridades, de la ley, pero también de la moral y la ética.
Ellos no van al cementerio del que habla Eckhard Tolle, ni les importa volver los ojos para mirar esas entrañas, que son miasmas de sus actos. Es decir, tienen un temor de ver su propio desastre. Y en definitiva, creyendo que tienen todo, no tienen nada. Porque si miramos esa vida pasajera, que viaja en un aparato volador que llamamos tierra, se asemejan a un aerolito que viaja por el cosmos infinito en busca de su fin. Es un fin material. Una explosión de materia. Una forma o un objeto, finito y corruptible por lo perecedero, del que no queda ni el recuerdo, fuera de los anales policivos.
De ellos nada trasciende, debido a que lo único que puede trascender en la vida, tiene que ver con el espíritu, con las formas que no se ven, y que son de lejos, las únicas que le permiten al ser humano vivir con un grado superlativo de felicidad interna, fundada en el amor puro, que está presente siempre y le permite ir al cementerio semanalmente, para llorar con felicidad, este presente que nos han legado, como escalón, para llegar a la sonrisa perfecta, la que está presente siempre, la que no se acaba ni con la muerte, la que llora sin llorar, y ríe con esa alegría sublime que tienen los niños, con su conciencia pura, y su inocencia, aquella que tienen los seres recién hechos por Aquel que nos ama, con gratuidad y amor infinitos.
Pero estos temas se traen a cuento y se piensan siempre alrededor de la violencia. Tratando de convencer al mundo de eliminarla de la vida. ¿Qué queda de la violencia? Aquí donde estamos y en el mundo, no aparece otra verdad más siniestra y absurda que el resultado su acción, que ocurre diariamente. Lo podemos comprobar en el día presente, pero parece que el ser humano cree que es imposible dominarla. Nunca la violencia se exterminará, si partimos de la base de creer que el violento es inocente. Que no tiene cura. Y disculpamos a los violentos con la creencia de que ellos están en ella, porque el mundo es injusto. Por eso el consejo de Tolle es valedero. Deberíamos aprobar una ley que obligara a todo el mundo a pasar por el cementerio, no para asistir a los entierros, sino para meditar, para pensar que los objetos y las formas, son perecederos, y que lo único válido es trascender, para poder despegar del aparato tierra en que viajamos, a un sitio más allá del cosmos. Cosmos que nos parece infinito, pero que es pequeño frente al espíritu. Así de simple.

lunes, 29 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 25

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 25
El origen de la conducta agresiva, hay que estudiarla en Colombia con urgencia, porque se ha encontrado que la enfermedad de la indiferencia y la cobardía en que vivimos, nos ha hecho aceptar que a un delito de lesa humanidad, se le pida prensa y acuerdo humanitario como necesarios. Lo que significa que una gran porción de colombianos, ponen la vida por encima de los valores máximos, y no reconoce que es un bien sagrado intocable por ningún humano, ya que es un bien, aunque pasajero, prestado por el de allá arriba. Es decir, pegar un “tirito” o un “tirazo” o un “bombazo”, en Colombia, resulta dulce, admirable, da dinero y pone a la senadora Piedad Córdoba a correr por todo el mundo, en busca de publicidad. Sí, porque se le pide prensa, además del acuerdo humanitario, y se toman fotos del hecho, como si se tratara de un acto patriótico terrorista, adornado por el espíritu del grandioso y nunca bien ponderado Tirofijo, ahora exaltado al máximo en Caracas, y que nos dejó el inmenso legado de la violencia. ¡Gracias Tirofijo!
Es que no vemos que el terrorista no puede acceder a tener sentimientos, cuando los perdió hace 50 años con el homicidio fratricida del terrorismo. Hecho como justificación para acceder al poder. Y entonces, es muy difícil para las personas que tengan corazón y piensan, comprender y ver, cómo el ser humano se corrompe hasta el máximo de perder el respeto por el otro, y se olvida la obligación de guardar la compasión humana, como requisito del ser social. Tal como lo tienen los animales, en la película “La travesía del Emperador”, que muestra a los pingüinos en la Antártida, que sin la solidaridad y compasión mutua, les fuera imposible la vida. Lo que quiere decir que el terrorismo nuestro adolece de seres humanos, y se pone en un nivel inferior al de los animales.
En resumen, el origen está en la pérdida de valores, y en el olvido de la compasión y la solidaridad, porque no se puede hablar propiamente de "conducta agresiva" como si se tratase de una única forma de conducta, sino de distintas formas de agresión. Por eso traemos a cuento un estudio de María José González, Licenciada en Psicología, para profundizar estos hechos.
Ella dice que la agresividad puede expresarse de muy diversas maneras, porque no se trata de rasgos estables y constantes de comportamiento, por lo que debemos tener en cuenta la situación para investigar el estímulo que la provoca. Frecuentemente, la violencia es una forma de comunicación social, en cuanto a que tiene una probabilidad muy alta de amplificar la comunicación, pudiendo servirle al violento, entre otras cosas, para la afirmación y defensa de la propia identidad.
Ella se pregunta: ¿Existen las personalidades agresivas? “Las conductas agresivas son un tipo de trastorno del comportamiento y de la personalidad, que trasciende al propio sujeto. Parece haber una gran estabilidad o consistencia longitudinal en la tendencia a mostrarse altamente agresivo con independencia del lugar y del momento. Aunque la agresividad puede tomar diversas formas de expresión, siempre tendrá como característica más sobresaliente el deseo de herir. El agresor sabe que a su víctima, NO le gusta lo que está haciendo y, por tanto, no tiene que esperar a que el grupo evalúe su comportamiento como una violación de las normas sociales, sino que la víctima ya le está proporcionando información directa sobre las consecuencias negativas de su acción, lo cual hace que, con frecuencia, se refuercen y se mantengan esas mismas conductas. Es lo que se conoce como agresividad hostil o emocional, y habrá que distinguirla de otro tipo de conducta agresiva que no tiene la finalidad de herir, la llamada agresividad instrumental, que es la que sirve de instrumento para sentirse poderoso, ante el resto. Es por ello, que hay que distinguir los agresores con orientación instrumental, que suelen ser aquellos que quieren demostrar ante el grupo su superioridad y dominio, de los agresores hostiles o emocionalmente reactivos, aquellos que usan la violencia, porque se sienten fácilmente provocados o porque procesan de forma errónea la información que reciben y, además, no cuentan con respuestas alternativas en su repertorio. No son frecuentes los comportamientos agresivos mixtos, es decir, los que reúnen ambas condiciones”.
Y esta licenciada en psicología hace luego una clasificación, que sería muy largo enumerar aquí. Basta por decir que existen diversas teorías acerca de la agresividad, cada una de las cuales contribuye a explicar una dimensión del fenómeno, para concluir que se puede deducir que la agresión, “es la conducta emergente de un entramado en el que se asocian ideas, sentimientos y tendencias comportamentales que, una vez activadas, la alimentan y sostienen, incluso sin que el individuo ejerza un control voluntario”.
Lo que nos hace pensar que es posible que el terrorista se reintegre a la sociedad cuando descubra la estupidez en la que ha vivido, destruyéndose a sí mismo y a sus coterráneos. A uno le dan ganas de gritar: ¡Aprendamos a ser felices! ¡Es más fácil! El país se desarrolla mejor, con menos entierros y menos pobreza, si entendemos que todos somos iguales, y que la vida es una sola. Es pasajera. Lo material es secundario. Que la compasión rija el comportamiento social, y se acabe la politiquería y el clientelismo. Amén.

jueves, 25 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 24

Resulta increíble que los Estados no piensen, en qué proporción, son ellos responsables de la violencia subversiva. Ahora en Colombia con los llamados FALSOS POSITIVOS, se vino a descubrir que hay una conexión grave del Estado con la violencia. Es muy dañoso lo que hace la subversión con sus atentados absurdos que a nada conducen. Pero los falsos positivos lo son más, porque ponen a las fuerzas armadas al mismo nivel delictivo de la subversión, y como las cosas hay que llamarlas pos su nombre, se trata de delitos de lesa humanidad, que le hacen un daño enorme al país, y en especial a sus fuerzas armadas, causado por unos pocos miembros, pero con una repercusión inmensa en la opinión pública nacional y mundial, ya que el fin esencial de los soldados de portar sus armas, es proteger la vida de los colombianos.
Y en épocas electorales resulta asombroso que estas cosas pasen, sin una alusión muy precisa de los líderes políticos que llegan a los poderes legislativo y ejecutivo. Pero más aún, sin que el poder del elector se manifieste claramente. Necesitamos que lleguen al Estado personas que hagan una campaña atípica, que no se apoye en los genios del marketing electoral, ni en empresas especializadas en estrategia de comunicación – tan común en cualquier campaña política -. Que el líder por quién vamos a depositar nuestro voto, tenga intuición sobre cómo mejorar el contexto violento en que vivimos, que sea capaz de combinar el arte y la publicidad, que acuda a símbolos para despertar la indiferencia, unos por la maldad y otros por la ignorancia invencible. Que el líder carezca de maquinaria, aquella que aceitan la mayor parte de los políticos colombianos, para construir un movimiento que llegue a todos los corazones, y que en lugar de plata, lo que le sobre sean las ideas que necesitamos para ser felices, y que estas aunque no sean muy vendedoras, sirvan de pedagogía para formar al pueblo, sin distingos. Que sus consignas apelen siempre a la honestidad y a la transparencia. Que no ofrezca mercados, puestos, dinero, ni tampoco se explaye en promesas. Que su discurso llame a los colombianos a la confianza, a una nueva forma de hacer política. Que rechace acuerdos diferentes a los programáticos. Que rechace la corrupción, obviamente como promotora de la violencia y la desmoralización del Estado. Y claro, que los dineros públicos sean sagrados.
Es curioso que la mayoría de los colombianos no piense al votar en el fin esencial de la educación. Que es en conclusión, la de formar al ciudadano con sus obligaciones y su derechos, para construir una vida sin violencia, feliz, sin odios, y con el reconocimiento de que todos somos iguales, y cada uno comprometido a servir al otro, fundados en la compasión, como Jesús nos enseñó hace dos mil años, y aún no caemos en cuenta. Votar es mucho más que depositar un voto. Es, en esencia, lo que somos, o conscientes o indiferentes, o buenos patriotas o una masa informe de huesos apegados a lo corruptible y lo finito.

lunes, 22 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 23

A alguien lo oí hablar sobre la imitación de Cristo. Pensaba que NO sólo se trata de imitarlo. Al comienzo de la Edad Media era imposible, porque se trataba de presentar a Jesús como Dios. Y al ser humano por su condición materialista y débil, le queda muy de para arriba imitar a Dios. Luego del Renacimiento se trató de aterrizar la figura de Cristo. Volverlo hombre. Inclusive se descubrió que la Pasión que sufrió era más valiosa, si Jesús era hombre. Hubo varios estudios al respecto. Para resumir llegamos en nuestra época a La Pasión de Mel Gibson. Encontramos allí a Jesús como hombre, escarnecido por hombres.
Miremos como lo hace Gibson: ésta película cuenta sus últimas doce horas, desde el momento que acude al Monte de los Olivos, hasta la Última Cena, donde es traicionado por Judas, siendo arrestado y llevado a Jerusalén para ser juzgado y condenado por los fariseos. Jesús es llevado ante el Gobernador de Palestina, Pilatos (Ivano Marecotti), quién pone la decisión en manos del pueblo, dándole la opción de elegir entre liberar a Jesús o al asesino Barrabás. El pueblo lo condena con la muerte y debe sufrir además de humillaciones y castigos, ser crucificado. Allí se verá ante su última tentación, el temor de ser abandonado por su Padre. Este filme tan polémico y controversial está filmado en los idiomas originales: arameo y latín.
Esto fue muy polémico, porque se humanizó hasta el extremo de mostrar en exceso lo que somos, como humanos, cuando nos despojamos del corazón, y asumimos el odio como el máximo placer para desarrollar nuestra maldad. Lo terrible que somos. La violencia que desarrollamos hasta un extremo que sacude a la más perversa razón, al más ignorante de los ignorantes. Hasta llegar uno a sentir odio por el odio. Esos azotes que le sacan a Jesús su carne, entre las risas de los soldados romanos, producen algo más que náuseas.
Y María que permanece silenciosa, sufriendo al máximo sin protestar, muestra una dignidad que pasa por encima de la soberbia romana, y la maldad de su pueblo judío. San Pablo en la epístola a los filipenses, concreta lo que Jesús piensa como ser humano, que pasa por encima de todo lo material, allí donde el odio y la maldad son lo que son: basura de los hombres, que utilizan la violencia para creerse lo que nunca han sido: líderes del mundo. Cuando de verdad se deben llamar terroristas, protegidos por otros terroristas solapados, que en Colombia, y en el mundo, conocemos muy bien.
Esos terroristas sufren en su alma una enfermedad mortal. Se les forma en su interior un bloque de acero que no los deja ver. No miran su propia podredumbre. Ni sienten los miasmas donde están parados. Por eso no les inspira nada el profesor Moncayo, que lleva doce años esperando a su hijo secuestrado. En Cuba, reprimen a las damas de blanco, por la protesta que hicieron al cumplirse el séptimo aniversario del encarcelamiento de 75 disidentes cubanos, cómo si eso fuera un desatino, cuando es un acto de compasión. Y en la frontera, colombianos y venezolanos cumplen años de bloqueo, sin que del lado de Venezuela importe, porque frente al Imperio, hay que presentarse desunidos, para que el Imperio siga mandando.
Finalmente, hace 65 años, uno de los exponentes más grandes del odio mundial, se suicidó en su búnquer. Dejaba atrás 55 millones de muertos, entre ellos 6 millones de judíos. Y la pregunta que uno se hace ante Hitler y todos estos terroristas,.), (Hitler lo fue porque empleó la fuerza para llegar al poder: resaltando el nacionalismo alemán, el militarismo, el racismo, la llamada preservación de la raza aria, el pangermanismo y la anexión o recuperación armada de territorios europeos perdidos luego de la Primera Guerra Mundial por el Imperio Alemán).
A pesar de todo, hay una manera de quitarse ese bloque de acero que deja el odio y la violencia, y lo puede hacer, cualquier persona con dos dedos de frente. San Pablo en filipenses 11-13, dice: “Quiero que sepáis hermanos que lo que me sucedió, (estuvo preso por los romanos), ha contribuido más bien al progreso del evangelio. De tal forma que se ha hecho público en todo el Pretorio (la cárcel romana), y entre todos los demás, que me hallo en cadenas por Cristo. Y la mayor parte de los hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, tienen mayor intrepidez en anunciar sin temor la palabra.”
Eso pasa con la fe en Jesús. No es imitarlo a Él. Es ser como Él. No se trata de una copia, se trata simplemente de ser como Jesús. Somos “jesuses” y ni Chávez, ni Fidel, ni Hitler cambian en un ápice el corazón que nos hace felices, aunque estemos en la cárcel, o sometidos en una dictadura. Nada puede encarcelar el alma. Somos libres, y siempre lo seremos, cuando tengamos la determinación de estar en la fe. Eso no lo supera nadie, ni siquiera cuando estemos frente al pelotón de fusilamiento.

sábado, 20 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 22

“La “Nueva Conciencia, libro escrito por Eckhart Tolle, nos trae una reflexión muy profunda, que aparece en las formas que son las cosas, los objetos materiales de este momento que estamos viviendo, y que se nos presentan en la mente como pensamientos, y que entre esos pensamiento podemos encontrar un espacio, entre uno y otro pensamiento.
Ese espacio que nos lleva a profundizar y a encontrar en él la esencia de la vida. Allí nos movemos, haya o no haya pensamiento. Si hiciéramos allí con frecuencia un rato de vacío consciente, para ubicarnos en el cosmos, seguramente podríamos llegar a tener una visión profunda sobre ese mar de pensamientos y ese mar de espacio entre uno y otro pensamiento. Seguramente cerraríamos los ojos, nos taparíamos los oídos, y las narices inclusive, para lograr sentir ese espacio del que habla Tolle. La mente quieta sin nada.
Es abrumador pensar que casi nadie lo logra. He hecho el ensayo de hacerlo por 10 minutos, contados por un cronómetro con señal audible para señalar el tiempo, y es imposible. Los budistas llaman esto: poner la mente en blanco. Y hay monjes que se encierran en una cueva para hacerlo.
Hay que ser prácticos, y preguntarse: ¿para qué poner la mente en blanco? Bueno, para nuestro tema de la violencia, sí que es importante, primero para separarnos de la mente que no nos deja ponerla en blanco y, lo otro es debido a que todo lo que genera en nuestro ser el odio, y todas sus formas, está en la mente, y esto hace más daño al ser que lo padece, que a los seres que generan ese odio. Y muy pocos manejamos los sentimientos en esos momentos. Teniendo presente que muchas veces transformamos los pensamientos en sentimientos. Digámoslo así, en sentimientos positivos y negativos, estos últimos fundados en el odio.
Vale la pena detenernos a pensar en esto. Y pongamos un caso concreto, que pasó en el transmilenio de Bogotá. Van dos novios sentados, y llega un pasajero parado con una gaseoso, y en una de las frenadas del bus, echa parte de la bebida a la cabeza de la novia. El novio recibe la figura del pasajero parado, en imagen, la transforma en un pensamiento que dice: ¡Este infeliz acabó con el peinado de mi novia! El pensamiento se transforma en un sentimiento negativo de odio. Se levanta del asiento y agrede al autor del desastre. Como no ha ocurrido entre pensamiento y pensamiento, un espacio de calma, que aísle el problema, y permita ponderar la situación. El sentimiento negativo del novio no permite suponer que no fue con culpa el acto, y ni siquiera, si fue adrede o no. Viene la lucha entre los dos, porque el agredido siente que tiene que defenderse, y como están cerca a la puerta ambos caen del bus, pasa en ese momento otro transmilenio y produce la muerte instantánea de uno, y la muerte cerebral del otro. Pero la noticia trae otro problema igualmente grave: el resto de los pasajeros permaneció omiso frente a la pelea, y solamente miraron, sin que les llegara al cerebro una reflexión que permitiera la intervención para separar a los protagonistas del hecho, antes de que cayeran por la puerta al piso.
El resultado no pudo ser más trágico. Ahora, la novia permanece con un trauma que no la dejará de por vida, y la noticia del insuceso estará en la lectoría de los medios masivos, apenas con lo que deja la lectura de un periódico una mañana, para olvidarse al otro día.
Parece baladí que la sociedad no reaccione como es debido. Y ocurre, como lo trae Tolle, en “La Nueva Conciencia”, no profundizamos, cuando nos encontramos con el espacio que deja un pensamiento entre pensamientos, para reflexionar, más allá de la mente, en la vida. Porque aunque dicen que la mente procesa 60.000 pensamientos al día, el alma humana, (no la mente), no penetra en el espacio para ver la existencia como parte del espíritu creador, aquel que la hizo a ella, y que permanece en cada segundo de la vida. No, el ser humano por lo general, permanece de espaldas, pero ya es hora que “La nueva Conciencia” de Tolle, nos toque el almendrón, a ver si desentrañamos todo lo que nos hace la vida incomprensible y difícil. Tal como el secuestro. Tal como la violencia de las ideologías terroristas. Y nos preguntemos que pasaría el día que los cubanos de Miami pudieran volver a su patria, o que los venezolanos de la frontera pudieran integrarse nuevamente a los colombianos. Eso explica la preocupación de Tolle, no utilizamos la mente, los pensamientos, el espacio entre ellos, para ser felices, sino para sufrir estúpidamente, sacar el pecho, y decir: ¡Yo soy el divino putas!

jueves, 18 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 21

Los colombianos y el mundo asistirán en estos días a otra de las maquinaciones inicuas de las FARC, que esta organización terrorista utiliza para ser reconocida como una madre de buen corazón. El doctor Alfonso Cano, universitario, aparece como el mago que convierte un delito de lesa humanidad, como el secuestro, en un acto de caridad. Acto que resume más de doce años de felicidad en la selva, y donde al fin la hija menor del cabo Moncayo, va a poder conocer a su padre, como consecuencia de ese gran corazón de la guerrilla criminal, que no ha entendido que las ideologías no pueden estar por encima de la vida, un bien sagrado que tenemos los seres humanos, pero que la guerrilla criminal utiliza, para ser más criminal y deplorable, porque nadie en el mundo es dueño de ese don, que no es hecho en China ni en Cuba ni en Venezuela, por el partido comunista. Eso les pasa a estas gentes que miran para abajo, y no se dan cuenta que es mirando para arriba, que ese bien sagrado se recibe, y no a nombre de ningún partido comunista, sino como un bien particular que sólo pertenece a las criaturas creadas por Dios, y de la cual ningún ser humano puede disponer a su arbitrio.
Dos naves de Brasil similares a las utilizadas en la liberación de 5 secuestrados el año pasado, están listas en la línea fronteriza con el Brasil, a la espera de la hora cero para comenzar a operar, dice la prensa, con gran bombo. Y es curioso, es un gran bombo para la familia Moncayo, ¡claro!, más de doce años esperando a su ser querido. Pero no puede serlo para el resto de los colombianos de bien, donde queda el exabrupto de la iniquidad del secretariado terrorista, como una bofetada para la patria, una falta de respeto a la vida de un colombiano, como el cabo Moncayo, que se integró al ejército, para servir a su patria, y no para poner minas antipersonales, secuestrar, destruir el bien público, y asesinar colombianos, tal como lo hace la guerrilla terrorista, cada día de su terrible historia, basada en una violencia que en 50 años o más, no ha dejado nada, fuera de secuestro y muerte.
“Todo lo que estamos esperando es la información precisa que la suministra la senadora Piedad Córdoba, al Comité Internacional de la Cruz Roja” dijo Frank Pearl, alto Comisionado para la Paz. Los helicópteros llegarán inicialmente a un aeropuerto colombiano y uno o dos días después partirán al punto exacto de la liberación. Se supone que los aeropuertos de Villavicencio, San José del Guaviare y Florencia serán los habilitados, pero el funcionario no lo confirmó. “Sobre eso no puedo revelar la información todavía. Ha habido algunas versiones. Lo importante es que apenas llegue la información, hacemos el tema”.
Las Fuerzas Militares anuncian que no habrá despeje para la liberación de Moncayo. El protocolo, según las autoridades, establece que sólo se suspenderán las operaciones militares ofensivas. El comandante de las Fuerza Militares, general Freddy Padilla de León, dijo que no habrá despeje en las áreas que serán habilitadas para las liberaciones. “El verbo despejar es algo que causa una profunda herida en el corazón de los colombianos, aquí habrá suspensión de operaciones y esta ha demostrado que ha sido exitosa porque nuestras Fuerza Armadas cumplen y honran la palabra comprometida”.
Según el alto oficial, los terroristas de las Farc no tienen ninguna excusa para no cumplir con la liberación de los dos militares, en un proceso que lleva más de un año de retraso. Padilla de León aseguró que se tiene previsto un plan de contingencia en caso que las aeronaves de Brasil, que transportaran a los liberados, afronten cualquier emergencia en la zona.
Eso dice la prensa, pero con esta organización terrorista todo se puede esperar. Roguemos al doctor Alfonso Cano que se conmueva, y lo haga especialmente por la hijita del Cabo Moncayo, que no conoce a su papá. Y por favor, que este acto de liberación, no se haga como en homenaje a Chávez, Fidel Castro y Marx. Líderes de una ideología siniestra, basada en la falta de respeto por el otro, como lo pueden decir lo cubanos que viven en Miami, y los hermanos venezolanos de la frontera con Colombia.

lunes, 15 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 20

¿Faltaría que un juez dicte una orden de captura contra Chávez, por ser indiferente ante las FARC y la ETA? Digo indiferente, porque está probado que el Estado Venezolano es indiferente. ¿Qué quiere decir esto? Que permite en su territorio, no sólo grupos terroristas, sino que también permite ser ruta de los narcotraficantes colombianos hacia Europa por su territorio. Negar esta indiferencia es absurdo. Debido a ello tendrá el mundo que conformarse con terrorismo y narcotráfico, para que Chávez pueda hacer su revolución bolivariana y cubana. Aceptarlo así, es evidente, porque Chávez lo niega, pero lo quiere así.
¿Se pensaría que el consumo de coca está afectando al Imperio? Parece que Chávez lo piensa así. Claro, el consumo es el que genera tal cantidad de dólares, que mantiene de sobra la compra de armas en los países desarrollados y la vida de estos asesinos en los países pobres, que ante esto el Estado subdesarrollado nada pueden hacer, si no cuentan con el respaldo de todos los países contra la droga y los medios de lucha de los cubanos y de los terroristas de las FARC, incluido Chávez.
Uno no puede ser indiferente cuando tiene la responsabilidad del Estado. Lo demuestra el gobierno de Samper en Colombia, en el siglo pasado, cuando dijo que todo había ocurrido a sus espaldas… ¿Qué ocurrió? Que le entraron millones de dólares del narcotráfico a su campaña, y la disculpa es que él no tiene ojos en su espalda, y por eso no los vió. Está muy claro que un presidente responde por todo lo que pase, inclusive detrás de su espalda. El equipo de personas que se mueven alrededor del presidente, saben que este responde por todos. Y así tiene que ser porque un gobierno no está formado por una sola persona. Las tres ramas del poder público (legislativo, judicial y ejecutivo), y en el caso de este último específicamente, tienen unas funciones y unos objetivos comunes, que el presidente cuida para que su gobierno opere de acuerdo con su programa de gobierno, dentro del cual no puede haber ni dineros de narcotráfico, ni paramilitares, ni grupos terroristas, y en el caso de Colombia, ni Chávez, con su flema antiimperialista y su ideología cubana.
Vale preguntarse en dónde se genera la violencia en este caso. Precisamente por la indiferencia en unos casos, porque los terroristas y los narcos, tienen que operar contra las leyes del Estado, y lo hacen con violencia muchas veces. Transgredir las leyes es violencia. O positiva con actos violentos, o indiferente, cuando se permiten actos, que la función coactiva de la ley no puede permitir ni ser omisa. Ya que esta conducta destruye el Estado. En Colombia hay muchas partes donde el Estado no existe, debido a esto. Y Chávez aparece insolidario, basado en su partido bolivariano y cubano, en donde parece más importante Fidel Castro que Bolívar.
Las cosas hay que analizarlas sin apasionamientos, ni malos genios. La realidad aparece tal cual, y no puede cambiarse con un “Aló Presidente”. Venezuela apoya a las FARC. Hay que ser claros. Cree que los partidos de izquierda tienen la potestad de ser violentos, como actualmente ocurre en Cuba y en Venezuela. Se llega al poder echando bala. Y se gobierna así mismo a bala. A veces la bala sale de un fusil y en otras, sale por la boca de Chávez.
En el siglo XX tenemos dos ejemplos muy claros de cómo tiene que gobernar un ser humano consciente de su responsabilidad social, frente a su pueblo. Claro, lo hace fundado en la compasión y en LA NO VIOLENCIA. Tal como lo hizo Nelson Mandela en Sudáfrica y Mahatma Gandhi en la India. Los invito a que estudien estas vidas. Yo sé que en el común mis palabras no tienen eco, pero siento que debo decirlas, porque algún día tendrán que comprender que la vida es feliz cuando hay compasión por el otro. Es completa y el alma crece, cuando el ser humano dice: pienso, luego existen los demás. Y en vez de bala, tanto uno como el otro, reciben un abrazo.

jueves, 11 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 19

Tal vez una de las cosas que induce a la violencia más irracional, son las adicciones. Ahora que al fin el Estado colombiano, penalizó la dosis mínima, y restringió así el libre desarrollo de la personalidad, que para cualquier ser humano, con dos dedos de frente, sabe fundadamente, que tiene profundos defectos que es menester corregir con educación, fundada en valores, como por ejemplo, reprimir las adicciones por el daño que le hacen al cuerpo humano, particularmente a las neuronas del cerebro. No sé qué dirán ahora nuestros congresistas, porque el desarrollo personal no puede ser libre, por el problema que trae una naturaleza fundada en el placer material: droga. alcohol, sexo. Cabe traer a cuento, por ejemplo, esa desagradable violencia que forman los jóvenes adictos, cuando van a una presentación musical o a un partido de fútbol. Algo muy malo debe ocurrir en la mente de esos jóvenes que transforman su adicción en violencia. El hecho ocurre siempre ante la total indiferencias de las autoridades. Los padres de familia de los jóvenes se hacen los de la vista gorda. Los colegios también y en parte son responsables, porque no educan con la razón, sino con la pereza que tienen de pensar en los verdaderos problemas presentes en nuestro medio actual. Los padres dejan a sus hijos en los colegios para descargar toda su responsabilidad en ellos. Y los colegios no tienen las agallas para lograr que los padres tomen conciencia que la educación empieza en casa. O dicho de otra manera que se está perdiendo totalmente en nuestra sociedad: el hogar. El hogar formado de acuerdo con la naturaleza humana: un hombre y una mujer, y no dos hombres como está ocurriendo actualmente.
Imaginemos un hogar formado por dos hombres. ¿Se pueden ustedes imaginar el contrasentido que se forma en el ambiente? ¿Qué valores puede haber ahí? La naturaleza humana es racional, en el sentido que nos ha formado con unas características específicas que nos determinan nuestra felicidad en la tierra, nuestro crecimiento, y lo fundamental del sexo: la encarnación espiritual y material de un hombre con una mujer.
Esa fue la voluntad del Espíritu creador. Pero el hombre, y en nuestra constitución, los congresistas de 1991, pretendieron, quizás por influencia del narcotráfico, el famoso libre desarrollo de la personalidad, que no puede ser totalmente libre, por el problema humano de la adicción a las drogas, el alcohol, y el sexo, como lo hemos visto en nuestra sociedad, indiferente, materialista y sin valores.
Ojalá, en el nuevo congreso piensen con el corazón en la mano, lo que es ver la violencia en los estadios y en las presentaciones musicales. Síntoma y comprobación ineludible de los defectos de nuestra naturaleza humana, para que supriman el artículo 16, que sobra, porque uno de los problemas del hombre frente a su conciencia, es que es libre, y que por eso algunos hombres dicen: soy ateo gracias a Dios. Y eso, porque el desarrollo es personal, y subjetivo, y las leyes de nuestra constitución son objetivas. Están para darnos una orientación objetiva, pero no para formar los valores subjetivos, que nacen en el hogar, lejos del congreso y los colegios. Y en cambio, cerca al Espíritu creador.

lunes, 8 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 18

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 18

Cuando se habla de agresividad, se está hablando de hacer daño, físico o psíquico, a una otra persona. De una acción intencionada manifestada a través de palabras, actitudes, agresión psicológica, etc., o bien patadas, arañazos, gritos, empujones, palabrotas, mordidas, corrida del pelo, etc., a otra persona, como les ocurre generalmente a los niños.
Este último comportamiento, es relativamente común y a menudo aparece cuando el niño cumple un año. Cuando el bebé nace, trae impulsos amorosos y agresivos que, con el tiempo y con el cuidado de los padres, empezará a construir vínculos afectivos y a desarrollar sus relaciones personales. Esta es una fase muy importante. Su personalidad será construida a partir de su conocimiento del mundo a su alrededor. Para eso, es necesario que el bebé se sienta protegido y cuidado en su entorno familiar. De los padres dependen muchas cosas en la vida futura. No sólo son responsables de sus sufrimientos y frustraciones futuras, sino que son los directos responsables de hacer de la vida sus hijos personas de bien, y fundamentalmente, seres humanos conscientes del don de la vida, de lograr que penetren en su interior, para dirigir su creatividad, su crecimiento espiritual y claro, su felicidad frente a sí mismos, como frente a los demás.
Por eso la familia es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultural del niño. La familia lo es todo para él. La familia es su modelo de actitud, de disciplina, de conducta y de comportamiento. Es uno de los factores que más influyen en la emisión de la conducta agresiva. Está demostrado que el tipo de disciplina que una familia aplica al niño, será el responsable por su conducta agresiva o no. Un padre poco exigente, por ejemplo, y que tenga actitudes hostiles, y que esté siempre desaprobando y castigando con agresión física o amenazante constantemente a su hijo, estará fomentando la agresividad en el niño. Otro factor que induce al niño a la agresividad, es cuando la relación entre sus padres es tensa y conturbada. Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresividad.
Los factores orgánicos tipo hormonal, mecanismos cerebrales, estados de mala nutrición, problemas de salud, etc., también influyen en el comportamiento agresivo. Y dentro del factor social, el niño que no tiene estrategias verbales para afrontar las situaciones difíciles, será fácilmente conducido a la agresión.
En países, como Colombia, los padres deben exigirse una atención mucho más profunda, por el grado de ambiente público que penetra en la vida diaria, y claro, por los medios masivos de comunicación, que traen a la cotidianidad una gran cantidad de odio, agresividad y muerte. Hay que tener el cuidado de despertar en el infante, en lo posible, un ambiente de paz y de respeto al otro. El mejor ejemplo, lo encontramos en una película que se llama La Vida es Bella, (del siglo pasado), que muestra como un papá logró que su hijo no se afectara con todo lo que trajo la Segunda Guerra Mundial del siglo XX, a la vida cotidiana. Por ejemplo, volviendo juego un campo de concentración, y como juguete infantil, un tanque de guerra de verdad, de manera en semejante situación, el niño se sintió jugando todo el tiempo, riendo, alegre, siempre dispuesto a la risa y a descubrir la vida, como si fuera un rompecabezas de armar con inteligencia.

viernes, 5 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 17

Yo sé que este tema es desagradable. Aunque todos estamos involucrados en él. Pero, por motivos de salud espiritual y material, tenemos que reflexionar sobre él. Se trata del odio, que es la antipatía y aversión hacia alguna cosa o persona, cuyo mal se desea. Y han pasados dos milenios, luego de que alguien por ahí dijo que NO debemos odiar al enemigo, y seguimos sin darnos cuenta, que el odio se devuelve hacia el que lo tiene. Ocurre en forma similar con el que juzga a otro, porque ese mismo odio, ese mismo juicio, destruye al que lo hace. Quizás lo que parece es que el odio es innecesario, o bien, es algo que internamente acaba con la persona, porque no tiene objeto odiar, así de sencillo. ¿Para qué odiamos? Somos pasajeros, somos iguales en nuestro interior; lo material (los dólares), si bien nos diferencian, en lo interior somos todos con la misma vida, don sagrado, que no podemos mancillar con la maldad del odio. Somos ese paréntesis entre dos nadas, como les ocurre a los agnósticos. Es decir, que nadie ni debe odiar ni juzgar, porque ningún ser humano tiene el derecho de hacerlo. Es lo que hace que la justicia humana pierda sentido, y no se pueda comparar jamás con la justicia divina. Justicia esta que no tiene términos, ni instancias, ni fallos, ni prescripción, ni folios. Porque la justicia, para ser justicia, tiene que ser así: transparente, instantánea, sin apelaciones, ni fallos. Es la que es, y ya. Y no como pasa con el expediente de Álvaro Gómez, actualmente, dicen tiene 300 mil folios. ¡Eso para qué! De manera que para dejar de ser agnósticos, y dejar de vivir entre dos nadas, (nada antes y nada después), el no odiar, el no juzgar, nos exige amar para trascender. Si no lo hacemos y nos quedamos en la violencia, nos asimilamos a una mosca, que cuando muere su alma no trasciende… se queda en el cosmos, donde nació y murió. Creo que eso es así, a no ser que descubramos que las moscas aman, y sienten compasión cuando pican o transmiten enfermedades al venir de las miasmas donde viven. De pronto las moscas son agnósticas, como lo definió Juan Pablo II: la vida de los agnósticos transcurre entre dos nadas, nada antes del primer paréntesis y nada después del segundo paréntesis. Nos obligaría, una situación así, a acabar con el Flit y el Baygón, porque si las moscas aman, merecen todo el derecho a vivir, y a trascender luego de que se extinga su vida. Y hasta llegaríamos a pensar en reencarnar nosotros en moscas, y alguien pudiera dejar de matarlas…. por si las moscas…

miércoles, 3 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 16

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 16
Hay algo que nos hace pensar que los pueblos no resisten como los humanos, un mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Vemos que todo en la vida evoluciona, y esto nos permite una esperanza. En Colombia, probablemente nos faltan otros cincuenta años de violencia, para llegar a la paz, (porque ya llevamos 50). Si estamos de buenas, puede ser que Alfonso Cano, universitario, actual jefe de las FARC, a diferencia de Tirofijo, un campesino ignorante, resuelva ver al fin el daño que le hace a su pueblo, pues a estas alturas ya la revolución no tiene sentido, especialmente desde la caída del Muro de Berlín, cuando el comunismo pierde fuerza y se acaba la Europa Oriental.
Pienso así, porque cada día cambia la vida, y algunas crisis hacen reflexionar, por ejemplo, sobre los medios de lucha que han empleado las FARC, basados en delitos de lesa humanidad, como el secuestro, y el empleo de minas antipersonales en zonas rurales. Eso para no hablar de la destrucción de la infraestructura que afecta a todo el pueblo, o bien de los ataques al oleoducto que genera problemas en la tierra cultivable y en las aguas de las que beben las pequeñas poblaciones, en los llamados territorios nacionales, habitados por pocos colombianos y de escaso desarrollo.
La verdadera revolución está hoy en el Estado y sus instituciones. Ahí es donde se puede hacer un desarrollo social urgente, que desde luego, tiene que estar basado en la educación y en los valores ciudadanos, despertando la compasión por el otro, para hacer la vida constructiva y feliz, en comunidad. Donde la violencia no sea el argumento de lucha como ahora. Claro, que para eso tendrán las FARC que salir de la selva, y presentarse en la Plaza de Bolívar, como ciudadanos de un país culto, que tiene una riqueza enorme para desarrollar, pues se trata de una naturaleza de las más ricas del mundo. Naturalmente, este Bolívar nuestro, (el de nuestra Plaza de Bolívar), no se parece en nada al de Chávez, es decir, al de la nación bolivariana de Venezuela. Porque el ciudadano educado y culto, sabe que las obligaciones, como la de trabajar y producir, son la base para la existencia de sus derechos. Como lo decía Gandhi: el cumplimiento de nuestras obligaciones, (como el trabajo), es lo que genera nuestros derechos.
Las FARC, y especialmente Alfonso Cano, un universitario, saben bien, que para ser nación tenemos que estar unidos. Unidos frente al imperio, como diría Chávez, con una raíz en nuestra tierra que nace en el amor por ella, en el respeto por todo lo que habite sobre ella. Por decir algo, tenemos que tener el Caño Cristales de la Macarena, en la mitad de nuestro corazón. No cabe pues estar apegados a la hoja de coca, por ejemplo, como ocurre en la actualidad. Lo que nos hace ser de verdad, es el amor puro, por nuestra tierra, constante, firme, para llevar la felicidad a toda nuestra gente, y no al comunismo, como en épocas pasadas, es decir, a Marx. El amor por nuestra tierra no requiere de ideologías foráneas. Solo nos basta saber que somos colombianos de cepa.
La guerrilla debe hacer memoria del pasado, para darse cuenta, de que tiene que cambiar sus medios de lucha actuales, para entrar en la lucha política civilizada. Veamos cómo puede ser esa memoria: La época de la violencia en Colombia es como se denomina el período entre 1948 y 1960, caracterizado por la violencia bipartidista desatada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, hecho que desencadenó una serie de desórdenes conocidos como el Bogotazo, caracterizados por las fuertes peleas entre Liberales y Conservadores, incluyendo asesinatos, agresiones, persecuciones, destrucción de la propiedad privada y terrorismo por el alineamiento político. Algunos autores sitúan este periodo hasta 1953, cuando sube Rojas Pinilla, por la crisis del Estado, manejado por el conservatismo.
Algunos factores que contribuyeron a la prolongación de La Violencia, fueron los temores anticomunistas de la clase dirigente conservadora y liberal, la privación económica de los sectores populares y un rígido sistema de partidos que sólo permitía la participación de dos partidos políticos; ni los aborígenes, ni los afrocolombianos, la tenían
En el año 1957, el Partido Liberal y el Partido Conservador formaron una coalición llamada el Frente Nacional para poner fin a la violencia. Mediante este acuerdo los dos partidos acordaban apoyar a un único candidato presidencial y se dividían todos los cargos oficiales por igual. (Es decir la burocracia se dobló). De esta manera se logró la estabilidad política por 16 años. Una oposición no esperada se llevó a cabo por aquellos partidos que no habían sido involucrados en el acuerdo, como la Anapo o Alianza Nacional Popular, organizado por el depuesto general, Gustavo Rojas Pinilla.
En 1959 sube Fidel Castro en Cuba, y unos años después en 1964, nacen las FARC, quizás pensando en repetir lo que hizo Fidel al derrotar a Batista en el Cuartel Moncada. Entonces se pensaba que la guerrilla se tomaría el poder. Y luego de 50 años de lucha, escondidos en la selva o en las regiones con poco habitantes, donde el Estado casi no estaba presente, los ideales revolucionarios fueron degenerándose, hasta que en la década de los ochenta y noventa, la guerrilla se une al narcotráfico. Y ya llegamos a esta actualidad, donde la guerrilla debería luchar porque los países desarrollados terminaran con sus adictos, que vienen a ser: el consumo, de la globalización, que mantiene en las países, como el nuestro, la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico, produciendo una desmoralización social que curiosamente, en esos países, no produce reatos de conciencia, siendo los responsables directos de esta situación. Señor Alfonso Cano, o mejor doctor Cano, ¿hasta cuándo va a hacer usted la verdadera lucha que se merecen los colombianos? No estaríamos en su contra, sino en unión con usted. Gracias.