martes, 6 de abril de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 29

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 29

Para encontrar el origen de la violencia, no es necesario que atendamos a nuestro ego que piensa que hay una urgente necesidad de enmarcar el alma dentro de un concepto humano, no divino, para poder darle en la jeta al otro, sin remordimiento, y aceptando que no sólo es justo, sino también necesario.
Y esto se debe, como lo dice Elizabeth Vargas Ramírez, que la ciencia por lo general, y desde siempre, ha ignorado el tema de la existencia del alma. Existe es el ego sátrapa y dictador, que no permite la libre expresión, y que sólo acepta su cruda idiotez. Quizá lo simple aparece como lo más difícil. Se van por lo más complejo, para aparecer más inteligentes. Suponen que la mente y el ego son capaces de todo. No reconocen que la mente no lo puede hacer, porque la falta de humildad no los deja. Sin embargo, la mente si lo puede hacer, si es inteligente, empezando por la humidad que reside en las limitaciones de tiempo y espacio, en que la vida es pasajera, débil y desmemoriada. Porque como dice un jesuita inteligente, cuando nos paremos en la tierra, (el aparato en que vamos volando), y frente al cosmos, donde parecemos más pequeños que microbios, vemos que tenemos un yo externo que se ve, un yo interno que NO se ve, pero se SIENTE, y lo que está más allá de nuestra mente, a lo que podemos llegar solamente por la FE. Y mencionamos la fe, no porque nos lo hayan dicho las hermanitas de la caridad, sino porque no hay otro medio para llegar allí. A pesar de ello la pregunta continúa latente… ¿Quiénes en realidad somos? Dice Elizabeth Vargas Ramírez: la mayoría de los profesionales hacen referencia a la conciencia, que NO se ve, al igual que el alma, relacionándola con el sistema nervioso; hablan de la mente vinculándola con el cerebro; analizan las emociones y los sentimientos, explicando el funcionamiento de las glándulas endocrinas; evalúan el carácter relacionándolo sólo con la mala conducta; estudian la personalidad y la reducen al cuerpo.
La palabra alma, al ser una palabra ACIENTÍFICA, (porque no se puede llevar a un laboratorio a tomarle un TAC, o una resonancia magnética, por ejemplo), se piensa que sólo puede ser utilizada por personas profesionales. Pero ese secreto lo tiene cada ser humano en su interior. Como decíamos en el yo interno, que es el que se siente. Ese se siente, lo majea todo ser que esté vivo, y no sólo los profesionales y las hermanitas de la caridad. Lo que la mayoría no conoce, es que su conformación, es parte del secreto mejor guardado del mundo, siendo a su vez la base que define todo lo que existe, porque el alma no la hacen en China, sino que la siente cada quién en su interior. Es una potestad que Chávez ni Fidel Castro no pueden encerrar en la cárcel, ni restringir su libertad, porque el alma no es un cuerpo que pueda encerrarse en una celda, o se le pueda poner una banda en la boca. En la actualidad y debido a la gran insatisfacción que existe por lo que a diario sucede, el número de personas que se han atrevido a definirla ha aumentado. Es simple verlo. Cuando siente uno amor, la reflexión es siempre que esto viene del interior, y no de la Nasa. Pero no, nuestro ego prefiere hablar, como lo escribe Elizabeth Vargas Ramírez de: Campo Energético, Aura, Manantial de Energías, ADN Espiritual, ADN Energético, Partículas Elementales, Sustancia Básica, Energía Oculta, Energía del Uno, Energía Chi, Yin Yang, Principio Universal, Burbuja de Energías, Energías Inherentes, Factor Elemental, Energía Dinámica, Configuración Energética, Energías en Evolución, Firma Energética, Esencia Individual, Conciencia Individual, Subconsciente, Carácter, Alma en Evolución, Divinidad, Dios, Universo, todo esto en vez de reconocer que yo soy, porque siento, y siento porque tengo alma, espíritu, porque soy parte del Espíritu Creador. Así de simple, y para ello no necesitamos de ningún aparato terrenal técnico, ni siquiera la dirección del Papa para sentirla. Somos porque sentimos al Espíritu Creador. Y ahí no puede meter la mano el hombre. ¡Y ya! ¡Sin más!
No es necesario que atendamos a nuestro ego que piensa que hay una urgente necesidad de enmarcar el alma dentro de un concepto humano, no divino. Es allí donde encontramos la violencia, la xenofobia, el odio, la agresión, y todas esas secuelas que tiene el ego humano, producidas en el sentir, por algo que siente de una manera diferente al alma, en el interior, donde está el Espíritu Creador, aquel que la creó, para la felicidad, para la paz, para ese ser creativo o don que hace crecerla y para amar al otro como así mismo.
Es increíble que la mayoría de los seres humanos no estén conscientes donde están viviendo, no sólo porque el cuerpo es efímero, finito y corruptible, cuerpo que cuando pierde la vida, se vuelve ceniza y regresa a la tierra. Tierra que es un aparato volador en órbita, en un espacio ilimitado, nacido en el Big Bang, y que también está llamado a desaparecer, cuando el Sol pierda su fuerza o cuando un meteoro la destruya. ¿En dónde estamos pues? ¿En el Jockey Club tomando whisky? No, estamos solamente aquí y ahora. ¡Hágale, pues!

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