martes, 29 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 55

Claro que en el Encuentro con la Violencia 54, el razonamiento se fue por la parte negativa nuestra, que aunque a veces tenemos que referirnos a ella, y reflexionar al respecto, resulta que no podemos quedarnos ahí, por razones obvias, pues tenemos sobrados ejemplos que nos llevan a la violencia, cuando no somos capaces de empoderarnos con nuestra autoestima y ver lo que nos ha dado la naturaleza.
Sí, tenemos gente maravillosa y un país increíble. Bastaría referirnos a un antropólogo alemán que quería estudiar el trópico, y se fue al Brasil, y no tardó mucho en darse cuenta, que aunque Colombia cabe 8 veces en el Brasil, allí no tienen la variedad de climas, flora, fauna, etc. No hay allí el páramo, por ejemplo. Ni los ricos valles del Magdalena y el Cauca, que forma la Cordillera de los Andes, al bifurcarse en tres grandes ramales. Y cuando este alemán vino a Bogotá, (2640 metros sobre el nivel del mar), podía en pocas horas de viaje, pasar del páramo, al frío, al clima medio y a la tierra caliente.
Y además de ser un país pluriétnico y pluricultural, tiene ventajas cuando ya se ha logrado convivir en paz, y tener en el Congreso de la República una representación de todo lo que somos. Y sin pecar de optimistas, hemos podido mantener una democracia, con todos nuestros defectos. Pero democracia.
Sin duda, la gran necesidad para avanzar, aunque es muy complicada, tiene que ver con el comportamiento mundial respecto de la droga y los adictos. La despenalización del clorhidrato de cocaína les traería a países como Perú y Colombia, unos beneficios enormes. Una baja en la inversión en sus fuerzas armadas, ya que combatir la droga en las selvas del Amazonas es muy costoso, pues tiene que hacerse con la fuerza aérea y tener una preparación especial para vivir en la jungla, en donde no hay vida civilizada.
El campo, que es la gran riqueza de nuestras naciones, podría recibir la inversión, la infraestructura y la tecnología que ahora no recibe, por el terrorismo. Y los terroristas dejarían de recibir las millonadas de dólares que les produce el narcotráfico. Los poderes del Estado, no estarían invadidos de personajes siniestros, ya que la penalización de la droga genera la necesidad de vivir en forma ilegal, a espaldas de la persecución legal, y esto trae como consecuencia la invasión de dineros calientes a todos los niveles del Estado y de la misma sociedad.
El mundo asumiría la responsabilidad de preocuparse por sus adictos, haciéndoles ver el daño que se hacen a sí mismos y a sus familias. La inversión social pasaría a darles salud y bienestar a las familias de los adictos. Ya que es suficientemente conocido que las familias en los países desarrollados y subdesarrollados, están pasando por un momento crucial: no hay hogar, no hay sentimientos familiares que unan lo que la droga y el vicio destruyen.
Una campaña mundial contra la adicción en general, le traería inimaginables beneficios a la sociedad. Pero claro, (y aquí la parte negativa), sin trago y sin droga, ¡qué mamera vivir! ¡Qué jartera! Dirán la mayoría.
Yo me iría con la minoría. Porque qué bueno pensar en volvernos como los niños, y aficionarnos por jugar, cantar y mirar por la televisión y el Internet, nuestra prodigiosa naturaleza, y descubrir que ya no está caliente el mundo y que los nevados de nuestra cordillera han vuelto a recuperar su nieve. Sí, eso es lo positivo: la minoría vive plenamente, sin otra ayuda que su interior espiritual y su corazón puro.

domingo, 27 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 54

Los colombianos tenemos que aceptar que nos hace falta mucha cultura, si queremos acabar con la violencia. Por ejemplo, todos los días, cuando salgo a la calle, recojo los papeles de mis compatriotas, que no tienen el nivel educativo que les enseña que las canecas de basura están para eso. En Usaquén una alcantarilla destapada duró meses frente a la alcaldía local, sin ser repuesta. Es más a unos metros de la misma alcaldía, los ladrillos de la calle hace años se están deteriorando. ¡Increíble! Hay que esperar a que haya que hacer una obra grande y costosa que permita la consabida tajada.
No me refiero sino a estos dos detalles simples, para demostrar con creces nuestra falta de cultura.
A lo de botar los papeles a la calle faltó agregar, que cuando llueve, el agua lleva estos a las alcantarillas, y luego, en los barrios del suroccidente de Bogotá, se forman unas inundaciones increíbles. ¡Se tapan los caños! Pero la educación, no nos permite pensar en los demás. ¡Nos importa un comino! O lo que es peor: ¡Ni nos importa, ni pensamos en eso!
Los carros por la carrera sexta con 117, paran y obstaculizan el tráfico. Se produce una pitadera infernal a la una de la mañana. ¡Todo el mundo se despierta! Y no pasa nada… ¡Todo es normal! Bueno, hay que agregar que los conductores que obstaculizan y los que pitan, utilizan un vocabulario soez. ¡Muévete H.P.! ¿Y qué, no puedo parar si me da la real gana? ¡Huevón! Claro que H.P, es lo más castizo que utilizan.
Pasar por la Plaza de Usaquén es costoso. Por lo menos, para los que dan limosna. Estos se encuentran con tres o cuatro alentados ciudadanos que suponen que no hay empleo. Entiendo que el Código de Policía prohíbe la limosna, porque contribuye a fomentar la indigencia, y la indigencia pues es una lacra social que destruye las vidas humanas del indigente y sus familias.
Pero no hay la conciencia, tanto de la sociedad como del Estado, para acabar con este grave trauma social. ¡Es normal! Unos dan y otros no dan. Pero nadie asume la conducta que debe ser la de ayudar a acabar con la indigencia, en la medida de las capacidades de la sociedad y de la creación de empleos. ¡Eso no existe! Conducta que debe ser general, dentro de la mínima educación ciudadana. (¿Qué un desempleado produzca algo en nuestro interior? ¡No, ni de fundas!)
Bueno, y de los desplazados ¡ni hablar! Nunca se sabe si es verdad o mentira que lo sean. Si es verdad, desde luego, es un problema de Estado, que hay que arreglar con la autoridad para regresar a las víctimas a su lugar ancestral, o bien, a su derecho de vivir donde estaban, y de donde fueron sacados a la fuerza.
El famoso cartel: “Soy desplazado”, permanece a la salida de las iglesias, o bien por la calle, como si el ciudadano común pudiera derrotar el terrorismo con limosna. ¡Es increíble! Y esto pasa frente a la policía, si es que hay algún agente por ahí.
Sí, de verdad ¡somos un pueblo inculto! Nos falta mucho. Y nadie dice nada. Todo el mundo conforme. Un conformismo que repugna en varios estratos. ¡Claro!, el más repugnante es el oficial.
Otro motivo que preocupa es tener la mayor tasa de desempleo de América Latina. Alguien propuso que los millones de empleados oficiales, es decir, la burocracia, se regularice con una norma que establezca que un funcionario público que tenga cierta cantidad de capital, debe renunciar para darle paso a los desempleados. ¡Obvio! (¿Pero quién es el estúpido que piensa eso?)
Otra norma debe establecer que el burócrata que no trabaje, debe ser penalizado con cárcel. El motivo, el Erario Público es sagrado, y el compromiso de cumplir con sus funciones es tan grave, que genera delito no cumplir con el juramento, cuando se posesionó. (Sí, porque el funcionario debe jurar cumplir con su deber, como lo hacen los militares). Pero no, como es parte de la llamada clientela, él juró desempeñar con lealtad por amor a su patria, y en bien de todos los colombianos, por la tajada en el presupuesto. Es evidente que las famosas clientelas están profundamente arraigadas en nuestra politiquería. ¿Qué se acaben? ¡No, ni de fundas!
Además, las clientelas y los “lobbies” de los paras, narcos, etc., han convertido al Congreso de la República, en un centro comercial, a donde se llega, no por el voto popular, sino por una inversión millonaria, que hay que recuperar, luego de la campaña electoral, con la compra de votos.
Acordémonos de la dosis mínima, que luego de años hubo que penalizar. O bien, el artículo 16 de la Constitución del 91, sobre el libre desarrollo de la personalidad, que es obra de narcos seguramente. Eso produjo la dosis mínima. Y además el libre desarrollo de la personalidad, le produjo a Tirofijo en su tiempo, la suficiente tranquilidad de conciencia, para matar colombianos a lo que daba el tejo. El artículo 16 de la CN del 91, lo que debe decir, es que el desarrollo de la personalidad es con valores. Es decir con educación. Luego ¿no se sabe que el ser humano es terrible? ¡Lean los periódicos, por favor!
No sé: ¿el libre desarrollo de la personalidad en este medio en que vivimos? (Bueno, ¿usted está tarado o qué?) Pienso que el partido verde, le puede prestar un gran servicio al país, cuidando que se superen estas críticas, producto de nuestra falta de educación. ¡Claro que la violencia se produce por falta de educación! Así como es una verdad total, que el desarrollo de un país, se hace basado en la buena educación de sus ciudadanos.
Se puede hacer la prueba viajando a los países desarrollados, a ver si allí se encuentran todas las críticas que hemos expuesto aquí. Y si se encuentran, por favor, protesten.
Las autoridades de ese país, apenas se enteren que usted es colombiano, es posible que le acepten la crítica, y de paso le pidan clorhidrato de cocaína. ¡Qué cosa esta! En esos países el adicto es legal, es decir, es lícito drogarse. Solamente en países subdesarrollados como Perú y Colombia, es ilícito producir la coca. Pero ese es otro problema, donde los sepulcros blanqueados, (bien desarrollados), nos ganan… sobre todos los bancos que mueven los dólares del negocio. Ellos se rasgan las vestiduras… ¡Qué cosa esta! ¡Cómo se les ocurre penalizar la droga, si el consumo es legal, y produce platica!
Y lo traje para demostrar que la violencia siempre se genera cuando el corazón humano está corrompido por lo material, y no tiene la fuerza espiritual para penetrar en su interior, a ver esta verdad: ¿Soy una persona honesta y responsable?
¡Claro! El mundo desarrollado también requiere cambios en su educación. Pero esto no nos justifica a los subdesarrollados, que permanecemos impávidos frente a nuestra situación, con un complejo de inferioridad tan grande, que el único latinoamericano que se salva, se llama Maradona. Ojalá este blog se publique en el Ecuador además, a ver si el juez de Sucumbíos se entera de la situación del mundo y de los colombianos en particular. ¡A no! Los países vecinos piensan que somos así: unos H.P., no sólo en el sentido que sabemos, sino en que tenemos caballos de fuerza, que ellos no tienen. ¿Será envidia?

sábado, 19 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 52

De forma muy honesta y sincera, el poder confrontarnos a nosotros mismos, con un verdadero sentido crítico, es lo que nos podrá ofrecer un verdadero amor propio y aprecio por quienes somos. No obstante el ambiente cultural en el que nos movemos y la forma como los demás interactúan con nosotros, tienen un impacto significativo en nuestra experiencia y nuestro propio nivel de negativismo. Especialmente cuando el ser humano se deja ir por la violencia para resolver los conflictos. Cada uno de nosotros es el autor del libreto de nuestras vidas. La falta de apreciación, y en última instancia, el intenso negativismo con que vemos el mundo que nos rodea, y la forma como nos expresamos de las personas que nos acompañan, refleja de forma directa, el grado de falta de apreciación y negativismo hacia nosotros mismos.
Los filósofos humanistas, y particularmente las corrientes orientales, dicen que primero debemos ver nuestro lado oscuro, para poder ver el brillo de nuestro propio ser.
La gran mayoría de las personas, no le diría a otro ser humano, algunas de las horribles cosas que con frecuencia nos decimos a nosotros mismos, sobre nosotros mismos; como soy de estúpido, cómo soy de tarado, pero que cretino soy, mucha pelota que soy, etc. Si alguna persona nos hablara de esa misma manera, inmediatamente desarrollaríamos una inmensa repulsión hacia esa persona, y muy probablemente entraríamos en una gran pelea con dicha persona. Muchos de nosotros estamos constantemente exigiéndonos de forma muy dura, y desarrollando una obsesión con nuestras percibidas debilidades.
Cuando luchamos por el perfeccionismo, con frecuencia no lo alcanzamos, y nos colocamos y llevamos a los demás a sentir la misma frustración, estrés, y presión innecesaria. El ser un perfeccionista, nos es algo de lo que usted se deba sentir orgulloso. Todos llevamos nuestro propio “Gremling” (pequeño monstruo o duende destructivo), en nuestra cabeza. Estamos familiarizados con él, y podemos escuchar su voz cada vez que las circunstancias le permiten que aparezca. Este Gremling es aquél que nos dice que; “Yo no puedo hacer eso”, o “Eso es muy difícil para lograrlo”, o “Yo no entiendo y me declaro impedido para hacerlo”. Ese Gremling no está interesado en su éxito o en su felicidad. Él no quiere que usted desarrolle aprecio por usted mismo. Por el contrario, fomenta su auto crítica destructiva, su propio sabotaje, y las exigencias por su perfeccionismo.
No nos damos el reconocimiento y el aprecio requerido, entre otras cosas, porque no sabemos cómo hacerlo, nos parece arrogante, jactancioso, estamos tan concentrados en lo que estamos haciendo mal, que no vemos lo que estamos haciendo bien, no deseamos convertirnos en perezosos o en complacientes, nunca hemos sido motivados para hacerlo, se siente muy incómodo cuando lo hacemos.
El hecho es que con todo el negativismo que tenemos en nuestras cabezas, nuestras ridículas exigencias de perfeccionismo, y la presencia de nuestro Gremling dirigiendo el show, es muy difícil para nosotros el poder escuchar los reconocimientos que los demás nos hacen. Nuestra inhabilidad para aceptar los cumplidos de los demás, es un síntoma de nuestra propia falencia para producirlos hacia nosotros mismos.
Vemos cosas negativas en las demás personas debido a la forma como nos sentimos nosotros con relación a nosotros mismos. Esto es lo que Sigmund Froid denomina “Proyección”; el ver cosas negativas en los demás que nosotros sabemos, o tememos, están en nuestro propio interior. Las personas atribuyen sus propias características indeseables en los demás. Con mucha frecuencia estamos ciegos con relación a la forma como proyectamos nuestra propia insatisfacción y debilidades.
Nosotros no honramos, o expresamos, nuestras verdaderas emociones. Vivimos en una cultura que no fomenta la expresión apasionada de ningún tipo de emociones, particularmente aquellas consideradas como malas; ira, miedo, tristeza, dolor, vergüenza, culpa. Y aún más, aquellas que puedan ser consideradas como buenas, se controla su manifestación de forma “apropiada”, y por razones justificadas. Hemos sido educados en una cultura que considera que la idea de ser emocionalmente expresivo, es una cosa mal vista, nos puede llevar a meternos en problemas, y no es aceptable.
Los emociones no son malas por sí mismas, lo que es realmente malo y perjudicial, es no poder reconocer las verdaderas emociones, la inhabilidad para sentirlas, y poder expresarlas. Esto es lo que causa dolor, presión en el pecho, estrés, y no las emociones mismas.
La mayoría de las personas que se están recuperando en programas de adicción, dicen que la razón por la que ellos comenzaron, y se dejaron llevar por el vicio, (cualquiera que este fuera), fue la imposibilidad de manejar el miedo a una emoción recurrente que vivían en su pasado y que no pudieron confrontar de forma efectiva. Solo hasta el momento en el cual ellos sean capaces de reconocer y manejar de forma efectiva las emociones subyacentes a su temor, ellos podrán liberarse del yugo de la dependencia a la substancia con la que se encuentran esclavizados.
El no estar consciente de nuestras verdaderas emociones, el no sentirse cómodo con ellas, el sentirse sin permiso de poder reconocerlas y expresarlas, puede generar negaciones deliberadas hacia nuestro interior. El no saber cómo honrar o expresar nuestras emociones de una manera efectiva y de forma productiva, es aún más perjudicial.
REFLEXIÓN
¿Con qué frecuencia se da usted permiso de reconocer sus propias emociones? ¿Reconoce usted en qué estado emocional se encuentra? ¿Se atreve usted a manifestar de forma espontánea y natural su estado? ¿Puede usted reconocer los frenos que le impiden expresar sus emociones? ¿Qué papel juega el miedo al expresar sus emociones?

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 53

He recibido estas recomendaciones que son importantes, para lograr vivir en paz consigo mismo y con los demás. Las copio textualmente. Me las envía Isabella Guevara Duarte, para que las utilicemos en este tema de la violencia. Me parecieron importantes, si queremos vivir felices consigo y con los demás. Acordémonos siempre que está en nuestro yo interior, lograr que todos entendamos el sentido de la paz, como medida prioritaria, cada día, cada instante de nuestra vida. Este es el escrito:

El subconsciente está vinculado con el yo inferior, además el yo inferior es el depósito de los recuerdos creados por emociones fuertes. Lo que adquirimos en la vida y las metas que alcanzamos en la vida se determinan por las opciones que elegimos, realizadas por nuestro subconsciente e impulsadas por el yo inferior.
Y el yo inferior es programado por la información que contiene nuestro subconsciente y refleja el camino de vida que encuentras transitando ahora. Estas programaciones las recibes con las figuras de autoridad de tu primera infancia, como tus padres, tutores, quienes te criaron, luego maestros y también autoridades religiosas.
También estas programaciones tienen que ver con los eventos que tuvieron un gran impacto emocional en tu vida, como los traumas o los momentos de intensa alegría que vos experimentaste. Esto te lo digo solo para que reflexiones y no para que culpes algunas de tus fuentes de programación, Sino más bien para que puedas entender que puedes reprogramarte. Tu subconsciente y por ende tu yo inferior puede ser reprogramado con tanta facilidad como fue programado originalmente.
No importa cual haya sido tu pasado, puedes fácilmente reprogramarte y cambiar ahora tu camino de vida. Unas de las técnicas que se utilizan para la reprogramación es la Hipnosis, altamente efectiva.
En mis audios de reprogramación subliminal, hay una relación directa con la hipnosis, ya que con mi voz se guía a la consciencia, se relaja con música el cuerpo y se comunican las sugestiones poderosas o mensajes subliminales para lograr una efectiva reprogramación mental.
Me gustaría que realices conmigo este ejercicio de relajación y de visualización: Siéntate en un lugar tranquilo y con ropa cómoda, quiero que te imagines una bola de luz de color blanco o violeta justo encima de tu cabeza, siente que esa bola de luz se vuelve cálida y tranquilizadora. Trata de sentir su calidez mientras la visualizas. Luego imagina que esa luz desciende desde tu cabeza por todo tu cuerpo, al entrar por tu cabeza te relaja, eliminando las tensiones de tu cuerpo, luego siente que tus músculos faciales se relajan, luego baja esa sensación de relajación por todo tu cuerpo, relaja tu cuello, hombros, brazos, antebrazos, hasta la punta de tus dedos de los pies, sintiendo pesadez. Trata de revivir la sensación de hallarte en un entorno pacifico, visualizando el sol, el cielo, la quietud de un lago o un mar, o una montaña; esto te ayudara para que luego de esta relajación puedas realizar tu reprogramación mental subconsciente repitiéndote frases de programación positiva en voz alta, como yo soy felicidad, yo acepto la prosperidad espiritual y material en mi vida, amén.

miércoles, 16 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 51

En Colombia convergen sobre este tema de la violencia, unas fuerzas que hacen difícil su comprensión para propios y extraños. Una juez sentencia a un militar a varios años de cárcel, y nadie queda conforme. No hay una legislación judicial justa para los militares. Influyen las fuerzas oscuras del narcotráfico y del paramilitarismo, que invaden todos los estamentos del estado. En el genocidio de El Salado, por ejemplo, un corregimiento de El Carmen de Bolívar, pasaron 10 años de impunidad, para que los estamentos estatales y judiciales actuaran. No en el sentido de hacer justicia, sino de darse cuenta del hecho. ¡Tomarlo en cuenta POR PRIMERA VEZ!. Para seguir, claro, más o menos en lo mismo. Y nos haríamos intensos si hiciéramos una relación para demostrar lo que todos sabemos: tenemos una justicia inválida, coja, que no llega. Pero no es el poder judicial el único responsable. ¡Lo somos “todos” sin excepción!
Frente a esta referencia a “todos”: ¿Qué está pasando conmigo mismo? ¿Dejamos que pasen los hechos, miramos para otro lado, y nos conformamos con ser indiferentes? ¡Eso es exacto! Bueno, esta sensación de impotencia, proviene de un hecho patente: nos sentimos eso: impotentes. Y es difícil esto porque el materialismo nos impide estar agradecidos por nuestras vidas, reconocer a los demás, y, más específicamente, apreciarnos a nosotros mismos como parte de una sociedad civilizada espiritualmente, (y no materialmente). Máxime cuando la vida es pasajera, lo material es finito y corruptible. Todo lo que nos rodea es momentáneo, y solamente nos sirve para trascender. Creemos que hay que arreglar todo con violencia, en forma inocente. Creemos en los militares echando bala a lo que den. ¡Esa es la incongruencia! Cuando la vida es sagrada y no es material. Tiene un final, que no aceptamos. Decimos en forma estúpida: ¡Pobrecito se murió! Si todos comprendiéramos que somos espíritu, podríamos llegar a ser felices, ahora y siempre.
A propósito de la vida sagrada, hay este ejemplo, con un maestro de Sogyal Rimpoché, quién le dice: “Rimponché mira que pulcro y qué limpio lo tienen todo en Occidente. Hasta los lugares donde depositan los cadáveres están inmaculados. En Oriente, ni siquiera las casas donde viven las gentes, están tan limpias. —Ah, si—respondió él—, es verdad; este es un país muy civilizado. Tienen unas moradas maravillosas para los cadáveres de los muertos. Pero, ¿no te has fijado? Tienen moradas igualmente bonitas para los cadáveres de los vivos.”
Es que la vida y la muerte van juntas. Se viven juntas. No están separadas. Inclusive la muerte, es lo que le da más sentido a la vida. El que tiene esa consciencia no le asusta la muerte, pues es lo que espera para trascender, como lo dice San Pablo en sus epístolas. Sí, queridos hermanos, los dólares se quedan acá. O como me decía alguien: Tomando a Jesús de referencia, y si fuera la vida eterna, llevaríamos dos mil años yendo al baño, cepillándonos los dientes, y pontificando, como algunos llaman, nuestras visitas diarias al inodoro.

jueves, 10 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 50

Para nuestro tema, ¡claro que la naturaleza también es violenta! Pero dentro de sus leyes cósmicas, no inspiradas en el odio humano, sino en Ley divina. Por ejemplo, un Paéz de Tierra Adentro, en el departamento del Cauca, en Colombia, decía que la avalancha ocurrida por la erupción del volcán Arenas, en 1985, fue producida por las nieves perpetuas del Nevado del Ruiz, que desapareció a Armero (22.000 muertos), y que ellos no detectaron con antelación al hecho, porque la colonización occidental los separó del contacto con la naturaleza. A este propósito, Chopra señala, que la sincronicidad sólo ocurre cuando las personas, los animales o los objetos, tienen una relación estrecha, cuando están inmersos en la naturaleza. En esto lo que caracteriza al occidental es el individualismo, y al Paéz, estar inmerso en su comunidad natural, que está compuesta por personas y por la propia naturaleza que lo rodea.
Explicaba nuestro Paéz que ellos no volvieron a mirar el río, no distinguían sus cambios en caudal y en el aspecto de sus aguas. Ese río es parte del alma, porque es parte de su vida. Otra cosa pasa, cuando ellos se alejaron del Río Paéz, y se fueron para las urbes o las aldeas, como San Andrés de Pisimbalá, donde en la plaza, todos los domingos, él encontró grupos de cristianos y católicos, individualistas y alejados de lo natural. Personas que no miran el cielo o el río o la tierra. Estas religiones competían con Juan Tama, aquel pez que nació en la Laguna de Juan Tama, y que un día bajó de allí en una avalancha del siglo XVII, porque por tradición y por fenómeno físico, el río trae la avalancha cada doscientos años aproximadamente. Nos olvidamos de Juan Tama, dice mi amigo Paéz, convencido de que su mitología, es más sabia que la mentalidad occidental que vino con la Conquista.
Para un Paéz es más fácil aceptar lo que ocurre fuera de él. Cuando le falta ciencia, le pone mito. Y toma el nombre Juan, español y hace un sincretismo con Tama, Paéz. De allí nace Juan Tama. Ocurre ello sin sombra de fanatismo, porque es natural, nace como lo ve en la propia naturaleza con la fauna o con la flora.
El Paéz de este cuento no se sintió para nada confuso cuando trajimos el dicho de Chopra: El cuerpo humano está constituido por cien mil billones de cédulas. Todas las células del cuerpo humano parten de una sola. Los científicos aún no tienen idea de cómo esas cédulas son capaces de organizarse para formar cada órgano del cuerpo humano. Y esto ocurre porque ese cuerpo humano sólo puede funcionar si opera sincrónicamente, a través de la correlación no circunscrita, que llamamos el tercer ámbito espiritual. Y cuando llegamos a la mente o a la conciencia de ese cuerpo humano, nos encontramos el ámbito virtual, no circunscrito. Porque dice Chopra que el pensamiento se origina en el ámbito virtual, si no hay pensamiento, no hay movimiento. Un momento antes de pararnos del lecho, nuestro pensamiento ha ordenado: ¡Vamos, a trabajar! Debemos hacerlo en forma positiva, porque nuestros pensamientos pueden perturbar el campo electromagnético del corazón con muchas emociones, pero las emociones que más daño nos hacen son la ira y la hostilidad, y claro, la violencia que nos acompaña a cada paso.
¡Vamos a trabajar en santa paz, pues, pensando bien del otro, y con ánimo positivo de producir y servir a los demás. Y esto obedece a que en ese ámbito no circunscrito, está la conciencia y no sólo lo que llamamos mente. Es ella la que nos da la energía no circunscrita que viene de Dios. Dios está dentro y alrededor de nosotros. Dice un veda: el mundo es como una gran ciudad reflejada en un espejo. Del mismo modo, el universo es un enorme reflejo de ti en tu conciencia. Es el alma de todas las cosas. En ese espejo no sólo está lo que uno ve, sino lo que uno siente, y claro, está Dios, el autor del universo, del espejo donde uno se ve. Claro que el ideal es que todos nos miremos en el espejo con la misma intención de paz y compasión. Entonces lograríamos vivir esta vida pasajera, con la alegría de ser, a lo menos perfectos, en los términos que nos une nuestra realidad no circunscrita, con el Creador. No habría más muertes, ni violencia, ni guerra. ¿Es tan simple que parece imposible? Así parece.

viernes, 4 de junio de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 49

Esta mañana le pasé la mano a mi profesora de Pilates por la axila, y luego le pregunté: ¿Por qué te ríes? ¿Qué tal que no hubiera sido yo, sino un hombre desconocido. ¿Lo habías mandado a freír espárragos? ¡Claro que sí! Imagínate que en la calle un hombre rozó el trasero de una mujer, y esto desembocó en una demanda por intento de acceso carnal violento. ¿Qué ocurre entonces? Es el síntoma de una violencia, de algunas de las partes en conflicto. Puede ser de ella por estar predispuesta a realizar un acto de violencia en defensa propia. Se ha violado su respeto. O puede ser de él, uno de esos violadores de pacotilla. ¿A qué obedecen estas conductas?
Son dos casos: uno entre personas conocidas, y los otros dos entre personas desconocidas. Chopra habla de un ámbito de sincronicidad en la naturaleza y en el hombre. Y es una manera de ver cómo se manifiestan las conductas humanas y las de los animales, de acuerdo con la conformación interior propia de cada cual. Pero es más fácil verlo en la naturaleza. Hay dos ejemplos, más simples que el del violador de arriba, o el de la vieja cascarrabias, y es mirando una parvada o bandada de aves, cuando cada una se mueve en armonía con el resto, sin que haya una líder. Lo mismo ocurre con un cardumen o banco de peces. La comunicación instantánea en cardúmenes y parvadas proviene del nivel espiritual de la inteligencia no circunscrita. Es sencillo encontrar ejemplos de sincronicidad en el reino animal, porque los animales están en contacto con la naturaleza. Los hombres urbanos han perdido ese contacto y viven dentro de lo que ellos han construido, a veces totalmente de espaldas a la naturaleza construida por Dios.
Luego todo esto reunido alrededor de las conductas humanas explica la reacción de mi profesora de Pilates, en el buen sentido, cuando el acto es positivo, ya que la mano del hombre transmite energía especial de afecto, muy contraria a lo que transmiten los pies con un patadón donde sabemos. Ese mundo circunscrito, refleja el ámbito en que uno se creó. Con los animales no hay problema. Pero con los humanos deberíamos cuidar y estudiar a diario nuestro comportamiento, para no meter las patas, las viejas malgeniadas, o los violadores de pacotilla, de tal modo que hagamos un mundo tierno, en paz, como debe ser. ¿Se podrá algún día? Con el calentamiento, la globalización, el aumento increíble que en pocos años tendremos de población, no queda otra alternativa que vivir en paz consigo y con los demás… si queremos que la vida conserve el valor sagrado que tiene y que estamos a punto de perder… Sí, claro, para eso tendremos que aprender de los cardúmenes o bancos de peces y de las parvadas o bandadas de aves. ¿Qué tal? Un súper ego de pacotilla diría: ¡No sea bruto, cómo se le ocurre!