lunes, 29 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 25

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 25
El origen de la conducta agresiva, hay que estudiarla en Colombia con urgencia, porque se ha encontrado que la enfermedad de la indiferencia y la cobardía en que vivimos, nos ha hecho aceptar que a un delito de lesa humanidad, se le pida prensa y acuerdo humanitario como necesarios. Lo que significa que una gran porción de colombianos, ponen la vida por encima de los valores máximos, y no reconoce que es un bien sagrado intocable por ningún humano, ya que es un bien, aunque pasajero, prestado por el de allá arriba. Es decir, pegar un “tirito” o un “tirazo” o un “bombazo”, en Colombia, resulta dulce, admirable, da dinero y pone a la senadora Piedad Córdoba a correr por todo el mundo, en busca de publicidad. Sí, porque se le pide prensa, además del acuerdo humanitario, y se toman fotos del hecho, como si se tratara de un acto patriótico terrorista, adornado por el espíritu del grandioso y nunca bien ponderado Tirofijo, ahora exaltado al máximo en Caracas, y que nos dejó el inmenso legado de la violencia. ¡Gracias Tirofijo!
Es que no vemos que el terrorista no puede acceder a tener sentimientos, cuando los perdió hace 50 años con el homicidio fratricida del terrorismo. Hecho como justificación para acceder al poder. Y entonces, es muy difícil para las personas que tengan corazón y piensan, comprender y ver, cómo el ser humano se corrompe hasta el máximo de perder el respeto por el otro, y se olvida la obligación de guardar la compasión humana, como requisito del ser social. Tal como lo tienen los animales, en la película “La travesía del Emperador”, que muestra a los pingüinos en la Antártida, que sin la solidaridad y compasión mutua, les fuera imposible la vida. Lo que quiere decir que el terrorismo nuestro adolece de seres humanos, y se pone en un nivel inferior al de los animales.
En resumen, el origen está en la pérdida de valores, y en el olvido de la compasión y la solidaridad, porque no se puede hablar propiamente de "conducta agresiva" como si se tratase de una única forma de conducta, sino de distintas formas de agresión. Por eso traemos a cuento un estudio de María José González, Licenciada en Psicología, para profundizar estos hechos.
Ella dice que la agresividad puede expresarse de muy diversas maneras, porque no se trata de rasgos estables y constantes de comportamiento, por lo que debemos tener en cuenta la situación para investigar el estímulo que la provoca. Frecuentemente, la violencia es una forma de comunicación social, en cuanto a que tiene una probabilidad muy alta de amplificar la comunicación, pudiendo servirle al violento, entre otras cosas, para la afirmación y defensa de la propia identidad.
Ella se pregunta: ¿Existen las personalidades agresivas? “Las conductas agresivas son un tipo de trastorno del comportamiento y de la personalidad, que trasciende al propio sujeto. Parece haber una gran estabilidad o consistencia longitudinal en la tendencia a mostrarse altamente agresivo con independencia del lugar y del momento. Aunque la agresividad puede tomar diversas formas de expresión, siempre tendrá como característica más sobresaliente el deseo de herir. El agresor sabe que a su víctima, NO le gusta lo que está haciendo y, por tanto, no tiene que esperar a que el grupo evalúe su comportamiento como una violación de las normas sociales, sino que la víctima ya le está proporcionando información directa sobre las consecuencias negativas de su acción, lo cual hace que, con frecuencia, se refuercen y se mantengan esas mismas conductas. Es lo que se conoce como agresividad hostil o emocional, y habrá que distinguirla de otro tipo de conducta agresiva que no tiene la finalidad de herir, la llamada agresividad instrumental, que es la que sirve de instrumento para sentirse poderoso, ante el resto. Es por ello, que hay que distinguir los agresores con orientación instrumental, que suelen ser aquellos que quieren demostrar ante el grupo su superioridad y dominio, de los agresores hostiles o emocionalmente reactivos, aquellos que usan la violencia, porque se sienten fácilmente provocados o porque procesan de forma errónea la información que reciben y, además, no cuentan con respuestas alternativas en su repertorio. No son frecuentes los comportamientos agresivos mixtos, es decir, los que reúnen ambas condiciones”.
Y esta licenciada en psicología hace luego una clasificación, que sería muy largo enumerar aquí. Basta por decir que existen diversas teorías acerca de la agresividad, cada una de las cuales contribuye a explicar una dimensión del fenómeno, para concluir que se puede deducir que la agresión, “es la conducta emergente de un entramado en el que se asocian ideas, sentimientos y tendencias comportamentales que, una vez activadas, la alimentan y sostienen, incluso sin que el individuo ejerza un control voluntario”.
Lo que nos hace pensar que es posible que el terrorista se reintegre a la sociedad cuando descubra la estupidez en la que ha vivido, destruyéndose a sí mismo y a sus coterráneos. A uno le dan ganas de gritar: ¡Aprendamos a ser felices! ¡Es más fácil! El país se desarrolla mejor, con menos entierros y menos pobreza, si entendemos que todos somos iguales, y que la vida es una sola. Es pasajera. Lo material es secundario. Que la compasión rija el comportamiento social, y se acabe la politiquería y el clientelismo. Amén.

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