lunes, 8 de marzo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 18

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 18

Cuando se habla de agresividad, se está hablando de hacer daño, físico o psíquico, a una otra persona. De una acción intencionada manifestada a través de palabras, actitudes, agresión psicológica, etc., o bien patadas, arañazos, gritos, empujones, palabrotas, mordidas, corrida del pelo, etc., a otra persona, como les ocurre generalmente a los niños.
Este último comportamiento, es relativamente común y a menudo aparece cuando el niño cumple un año. Cuando el bebé nace, trae impulsos amorosos y agresivos que, con el tiempo y con el cuidado de los padres, empezará a construir vínculos afectivos y a desarrollar sus relaciones personales. Esta es una fase muy importante. Su personalidad será construida a partir de su conocimiento del mundo a su alrededor. Para eso, es necesario que el bebé se sienta protegido y cuidado en su entorno familiar. De los padres dependen muchas cosas en la vida futura. No sólo son responsables de sus sufrimientos y frustraciones futuras, sino que son los directos responsables de hacer de la vida sus hijos personas de bien, y fundamentalmente, seres humanos conscientes del don de la vida, de lograr que penetren en su interior, para dirigir su creatividad, su crecimiento espiritual y claro, su felicidad frente a sí mismos, como frente a los demás.
Por eso la familia es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultural del niño. La familia lo es todo para él. La familia es su modelo de actitud, de disciplina, de conducta y de comportamiento. Es uno de los factores que más influyen en la emisión de la conducta agresiva. Está demostrado que el tipo de disciplina que una familia aplica al niño, será el responsable por su conducta agresiva o no. Un padre poco exigente, por ejemplo, y que tenga actitudes hostiles, y que esté siempre desaprobando y castigando con agresión física o amenazante constantemente a su hijo, estará fomentando la agresividad en el niño. Otro factor que induce al niño a la agresividad, es cuando la relación entre sus padres es tensa y conturbada. Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresividad.
Los factores orgánicos tipo hormonal, mecanismos cerebrales, estados de mala nutrición, problemas de salud, etc., también influyen en el comportamiento agresivo. Y dentro del factor social, el niño que no tiene estrategias verbales para afrontar las situaciones difíciles, será fácilmente conducido a la agresión.
En países, como Colombia, los padres deben exigirse una atención mucho más profunda, por el grado de ambiente público que penetra en la vida diaria, y claro, por los medios masivos de comunicación, que traen a la cotidianidad una gran cantidad de odio, agresividad y muerte. Hay que tener el cuidado de despertar en el infante, en lo posible, un ambiente de paz y de respeto al otro. El mejor ejemplo, lo encontramos en una película que se llama La Vida es Bella, (del siglo pasado), que muestra como un papá logró que su hijo no se afectara con todo lo que trajo la Segunda Guerra Mundial del siglo XX, a la vida cotidiana. Por ejemplo, volviendo juego un campo de concentración, y como juguete infantil, un tanque de guerra de verdad, de manera en semejante situación, el niño se sintió jugando todo el tiempo, riendo, alegre, siempre dispuesto a la risa y a descubrir la vida, como si fuera un rompecabezas de armar con inteligencia.

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