jueves, 6 de mayo de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 41

Es bien curioso que el hombre no haya desarrollado un estudio profundo sobre la violencia. Los siquiatras están en Babia, y los filósofos en la estratosfera, lejos de la realidad violenta. Sigmund Freud, en su teoría del psicoanálisis, por ejemplo, hace una descripción del interior humano con términos como el ello, el yo y el superyó, y describe el aparato que tiene el hombre, como una estructura particular, con unas funciones que operan como entidades independientes, aunque no estén separadas, y que tienen la particularidad de ser inconscientes. ¡Qué curioso! El asesino no sabe lo que hace. ¡Pobrecito! El deshonesto, se siente trabajando con el erario público como propio. El animal sexual que ha producido 50 enfermedades del sexo, es el verraco de Tebas. El secuestrador bolivariano es el exponente revolucionario de la época, donde Bolívar es un hijo de perra. ¿Y el adicto? ¡Qué tal el adicto! Experto en matar las neuronas, al mismo tiempo con las familias y los sentimientos paternales. Los líderes políticos, con sus clientelas, no sólo volvieron el congreso un centro comercial, sino que los planes sociales se volvieron particulares. El transmilenio en Bogotá, el sitio perfecto para quitar carteras, joyas y cuanto se pueda hurtar. El fútbol, el sitio adecuado para las barras bravas, que son bravísimas, porque si no hay muertes, el partido fue jartísimo. La guerrilla no quiere pasar por la Plaza de Bolívar de Bogotá, pues si lo hiciera, significaría el descalabro de dejar matar… ¡con lo rico que es pegar un tirito! Lo paras, ahí se las van, sólo que aumentan el delito porque se compran a las autoridades. Y las fuerzas armadas, nada menos que con los falsos positivos, que en lengua castiza significan delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado. Y el DAS, ¿Qué tal? Involucra al poder ejecutivo como coautor de chuzadas, falsos positivos, asesinatos, y todo cuanto hay de malo en la administración pública. Ya que el DAS depende directamente del poder ejecutivo, una de las tres ramas del Estado. Es fastidioso pensar en esto… pero debemos hacerlo con alguna frecuencia, a ver si con la ayuda de Sigmund Freu logramos, que el ello, el yo y el superyó, vuelvan a brillar en la conciencia ciudadana como funciones conscientes de los seres humanos… dejando la inconsciencia en que viven para llenar de sentido, a lo que gritaba la Loca Margarita, en los albores del siglo XX: ¡Qué viva el gran partido Liberal! Algo que no tiene ningún sentido propio, sino ajeno a la razón, como corresponde a los locos de Sibaté.

No hay comentarios:

Publicar un comentario