domingo, 28 de febrero de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 15

Muchas personas creen que la violencia son las guerras, los actos violentos con muertos, etc. Pero no hay tal. La violencia se inicia principalmente con la violencia intrafamiliar. Allí nace, ante la indiferencia de todos. Nadie reflexiona al respecto como debe ser. Aquí pongo como ejemplo un caso entre parejas separadas con hijos, que ignoran que sus vástagos van a heredar el odio desde pequeños, y este se va a manifestar como sabemos con delitos en el futuro. Porque realmente el mal que se hace es eterno, cuando el odio de la pareja se transmite a los hijos, quienes no tienen ni la culpa, ni la forma de defenderse. Hay en el hombre una responsabilidad muy grande cuando se aprovecha de ser más fuerte que la mujer, para intimidarla, y pasar ella, gran parte de su vida en pareja, regida por el miedo. No hay palabras para describir el daño moral que hace negando entonces el derecho de la madre a sus hijos, los cuales aprenden a vivir una vida vacía, sin amor, formados en el odio que transmite el padre, que es al fin y al cabo, el que gobierna el hogar. Se necesita ser muy bruto, (y esa es la palabra exacta), para no ver la llaga que deja en los hijos y en la familia, ese comportamiento prepotente, fundado en la agresividad y la violencia con golpes, para manejar las relaciones de pareja con el miedo. Parecería que el miedo es la forma de superar la inferioridad del alma, cuando esta no tiene nada en su interior, más que lo material, y de vez en cuando un desahogo en la adicción al trago, a la droga, a los placeres carnales. La violencia, entonces, es el recurso miserable, para sentirse más hombre.

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